En Costa Rica hoy día uno puede abrir y operar con cuentas corrientes y de ahorros en colones y dólares, obtener préstamos, hacer depósitos, comprar automóviles y viviendas en ambas monedas y el comercio detallista recibe diariamente dólares de los clientes para pagar productos y servicios marcados en colones. Ya el país está informalmente dolarizado.
La dolarización financiera continúa siendo considerable
El proceso de dolarización informal tiene varias etapas: la primera, conocida como sustitución de activos, en que los agentes económicos adquieren bonos extranjeros o depositan cierta cantidad de sus ahorros en el exterior; la segunda, llamada sustitución monetaria, los agentes económicos adquieren medios de pago en moneda extranjera, billetes dólares o cuentas bancarias en dólares; y, finalmente, la tercera etapa, cuando muchos productos y servicios se cotizan en moneda extranjera: alquileres, precios de automóviles o enseres domésticos, y se completa cuando aún bienes de poco valor se cotizan en la moneda extranjera, alimentos, bebidas, diversiones, entre otros.
Cada vez el país tendrá más disponibilidad (oferta) de dólares en la economía y ello provocará apreciación del colón frente al dólar como ha ocurrido en los últimos dos años. El modelo económico de desarrollo de Costa Rica está basado en la promoción de exportaciones de bienes y servicios, y la atracción de inversión extranjera directa (IED). Este modelo ha permitido que la diferencia entre el valor de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios (balanza comercial) sea cada vez más superavitaria, tal como lo muestra el gráfico anterior. Inclusive en los años de la pandemia, la balanza comercial sigue siendo muy positiva a pesar de la caída abrupta de los ingresos de divisas de extranjeros no residentes (e.g., turismo).
El gráfico muestra cómo se ha apreciado el colón frente al dólar a pesar de las periódicas intervenciones del Banco Central en el mercado mayorista de MONEX.
Robles (2021) concluyó que el cambio de modelo de crecimiento económico, primero al de promoción de exportaciones y luego al de atracción de inversión extranjera directa, ha sido positivo en términos de generación de crecimiento de la productividad, la cual muestra una clara tendencia positiva. Se puede concluir que este es el modelo para seguir creciendo en el país y por ende Costa Rica tendrá cada vez más una sobreoferta de dólares y el tipo de cambio, a su vez, será más relevante para realizar proyecciones en la economía doméstica y para reportar, a las casas matrices, los costos dolarizados de las empresas extranjeras operando en el país.
Índice de la Productividad Total de los Factores (1960=100)
Sin embargo, la dolarización informal puede tener consecuencias complicadas sobre el funcionamiento de la economía de un país. Hace que la demanda de dinero se vuelva inestable. Esto dificulta las posibilidades de la autoridad monetaria para estabilizar la economía y controlar la inflación. En economías altamente dolarizadas de manera informal se dificulta la posibilidad de fijar un objetivo intermedio de política monetaria porque la cantidad de dinero está afectada por la presencia de dólares que no son susceptibles de ser controlados. El dólar es una parte importante del concepto de dinero y es imposible deducir a priori la composición de la demanda de dinero.
La distorsión de las tasas de interés. Las tasas en la economía doméstica se vuelven especialmente altas y promocionan el arbitraje de tasas para inversiones de corto plazo (e.g., llamadas inversiones golondrinas) entre los Estados Unidos y el país informalmente dolarizado.
Una creciente dolarización informal se convierte en un grave problema económico, en la medida en que restringe el campo de acción de la política monetaria, cambiaria y fiscal. Aumenta el riesgo cambiario y crediticio del sistema financiero y reduce el poder adquisitivo de los sectores más pobres de la población.
Costa Rica está informalmente dolarizada y está expuesta a todos estos problemas. Quizás llego el tiempo de evaluar seriamente la dolarización formal de nuestra economía. Dentro de las ventajas de tener una economía formalmente dolarizada están la reducción de los costos de transacción para las empresas y para las personas y la certeza de que no se dará manipulación de la política monetaria del país, emitiendo colones de manera inorgánica que no están relacionados con la producción, lo cual ha sido una tentación histórica para quienes detentan el poder.
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