Los análisis contemplados sobre conflictos a nivel internacional en especial aquellos que pesan acusaciones de crímenes de lesa humanidad no pueden ser tomados a la ligera ni catalogados de manera antojadiza. Sin embargo, como ocurre constantemente en el conflicto entre palestinos e israelíes, las narrativas imperan sobre el análisis objetivo y por el contrario se imponen criterios subjetivos, que no los hace ciertos necesariamente, aunque sean masivamente aceptados, ni tampoco hacen objetivas las formas con las propuestas para tratar de dilucidar una solución que sea conforme al derecho internacional.

Un ejemplo de lo anterior, se plantea la idea que en el conflicto entre israelíes y palestinos tiene consigo contextos de genocidio y de apartheid, dos crímenes que son muy graves en el análisis de la defensa de la dignidad humana. Sin embargo, debe señalarse que ambas perspectivas carecen de una profundización real en los hechos y se digieren más por criterios viscerales e ideológicos, por lo tanto, los análisis posteriores van a ser poco prepositivos y altamente prejuiciados.

Ante esto, es importante señalar los criterios por los cuales se enmarca el crimen de genocidio que son contemplados en las diferentes convenciones internacionales:

  • Asesinato de miembros de grupo.
  • Lesiones graves a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
  • Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial.
  • Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
  • Traslado forzado de niños del grupo a otro grupo.

Conforme a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas, cualquiera de los actos mencionados anteriormente presentes en medio de un conflicto armado podría ser señalado como causal de este delito, sin embargo, no es tan sencillo de señalar la acusación por cuanto requiere de un factor crucial en el análisis, la intención lo cual requiere un proceso de investigación minuciosa y apoyo de la estructura del Sistema Internacional para demostrarlo.

De acuerdo con William Schabas, académico canadiense experto en derecho penal y derechos humanos, el tema de la intención es uno de los más debatidos en el delito de genocidio, señalando que “cuando la intención especificada no ha sido establecida, el acto sigue siendo punible, pero no por genocidio. Puede ser clasificado como delito contra la humanidad o puede ser sencillamente un delito bajo el derecho penal”.

Es más, pese a lo que algunos argumentan sobre la cantidad de muertos en el conflicto actual; cifras dudosas debido a que la fuente directa es el propio Hamas, la convención ni siquiera específica un número de muertes para considerar un genocidio. Por ejemplo, en el caso contra la población Yazidí de Irak fueron asesinadas aproximadamente tres mil personas y fueron secuestradas otras casi siete mil (principalmente mujeres) para convertirlas en esclavas sexuales, por tratarse de una minoría religiosa y la intención de exterminarlos la acusación contra el Estado Islámico fue directamente de genocida e incluso en noviembre de 2021 se condenó a cadena perpetua en Alemania a un islamista por este hecho.

Mientras que, en Yemen han muerto cerca de 380 mil personas, 4.5 millones de desplazados internos y 17.3 millones de personas en riesgo humanitario, en un conflicto extendido desde 2014, y no hay señalamientos de genocidio, pese a que parte de la población sufre de inanición y de otras condiciones sanitarias y de seguridad que ponen en riesgo su continuidad, sin embargo, no es considerado genocidio, pese a la gravedad de lo que ocurre.

Días atrás, el gobierno sudafricano ha instado a la Corte Internacional de Justicia que realice las diligencias necesarias para acusar a Israel del crimen de genocidio debido a sus acciones militares en el territorio de Gaza contra el grupo terrorista Hamas. Ante esta propuesta, el gobierno israelí ha señalado la complicidad que indirectamente realiza su par sudafricano para blanquear las acciones del Hamas del pasado 7 de octubre en que murieron más de 1.200 ciudadanos israelíes y fueron secuestrados más de un centenar.

Incluso, hay más condiciones para contemplar un intento y deseo de genocidio a las acciones del Hamas contra israelíes en el ataque de octubre que en la respuesta militar israelí, no tanto por la cantidad de personas muertas, sino por los actos genocidas abiertamente realizados, como la violencia sexual de mujeres o el traslado forzoso de civiles hacia otra zona que compromete su continuidad, incluyendo niños pequeños no involucrados en el conflicto en contravención incluso a normas sobre la protección de menores. La organización islamista, contempla en su carta fundacional de 1988 el deseo de acabar con el Estado de Israel, contra sus ciudadanos e incluso hace llamados a atacar judíos en otras partes del mundo, tal como lo hace también la República Islámica de Irán país miembro de las Naciones Unidas.

Pese a esto, cabe la posibilidad que parte del liderazgo israelí pueda ser acusado por crímenes de guerra por algunas acciones que podrían comprometer su integridad a nivel internacional por lo que una investigación interna sobre el accionar de parte de sus fuerzas armadas es una tarea obligatoria e imperiosa que si existieran acusaciones sobre abusos se debe tener la voluntad de investigar y condenar como corresponde, lo cual es una facultad que poseen los Estados en casos como este.

Por supuesto que de nuevo va a pesar en esto la “intención” y para esto, aunque existan activistas que insistan que realmente está ocurriendo dicho delito, no se hace por “aclamación” popular, sino que se realiza conforme al procedimiento que establece el derecho internacional para poder ejecutar una condena y siempre tendrá el factor político de por medio que para sopesar las acciones necesarias en beneficio del Estado.

En un próximo texto mencionaré los criterios asociados al supuesto de apartheid de Israel contra los palestinos que también obedece a dogmatismos ideológicos más que a una crítica objetiva contra el gobierno israelí.

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