Por Kevin Araya Naranjo – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Sonido

La forma en cómo el ser humano percibe su mundo y conecta con los misterios de la vida buscando respuestas se llama espiritualidad. Podemos decir entonces que las diferentes religiones que hay en el mundo son en realidad distintos métodos que ha desarrollado el hombre para acercarse a “eso” que no sabemos qué es, pero que sí sabemos que está ahí. El propósito de usar el sonido siempre ha sido el mismo en todos los casos hasta el día de hoy: alcanzar niveles de conciencia superiores, mediante estas vibraciones y acompañado de prácticas de meditación o danza. Estos sonidos pueden ser tanto naturales, producidos por el humano o los elementos, como también producidos por objetos o instrumentos.

Repasemos algunos ejemplos interesantes. Vayamos al Paleolítico, época en que nació el primer método espiritual: el Chamanismo; también fue la época en que se crearon los primeros instrumentos: el tambor y algunas flautas de madera. En este caso hablaremos del Tambor Chamánico, un tambor de una sola cabeza, hecho con materiales consagrados cuidadosamente elegidos (piel animal y madera), se usa en un ritual, por lo general se toca en lugares abiertos rodeados de naturaleza y puede ir acompañado de canticos o danza, en donde el Chamán entra en un estado de trance y busca comunicarse con esas fuerzas de la naturaleza que a simple vista no podemos ver. Hay que mencionar que el Chamán muchas veces también se desempeñaba como el curandero y se le han atribuido propiedades curativas al tambor.

Sigamos en el tiempo unos miles de años adelante, ahora a la India, lugar de origen de las religiones Dhármicas y su mantra sagrado, el OM, una vibración poderosa. Se dice que es el sonido de la Realidad Máxima, Conciencia Universal o Alma, generalmente se pronuncia esta sílaba en lugares cerrados como cuevas para que haya una mayor vibración resonante y se acompaña con una profunda meditación estilo yoga. En algunos casos también se le acompaña con un instrumento importante, el Cuenco Tibetano, un tipo de campana invertida hecha de diferentes metales. Los hay de diferentes tamaños y se tocan golpeándolos para generar un tono de campana o girando un mazo de madera alrededor del borde exterior para generar una nota musical sostenida o vibración continua. Hoy en día son muy conocidos en la musicoterapia, especialmente por los beneficios que otorga al sistema nervioso.

Por último, pasemos ahora al lado de las religiones Abrahámicas. Los místicos musulmanes suelen acompañar sus oraciones en zonas desérticas con el Oud, un instrumento de cuerda hecho de madera con forma de pera y de cuello corto, generalmente tiene 12 cuerdas agrupadas en 6 cursos, no tiene trastes y se toca con una larga púa llamada risha. Los cristianos como los ortodoxos o católicos se caracterizan por sus Cantos Monásticos, composiciones creadas en un inicio para imitar las “voces angelicales” de las visiones de los profetas. Se necesita una gran afinación y sus letras se componen de versículos bíblicos u oraciones.

En la actualidad el uso del sonido se ha hecho famoso en campos como la musicoterapia, relajación, área de la salud y el yoga. Cada vez más personas optan por esta experiencia como una alternativa a la medicina común o farmacéutica, y son realmente positivos los efectos curativos que produce en ellos, con testimonios en todas partes del mundo. Una práctica ancestral que poco a poco vuelve a revivir la creencia en la magia del sonido.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.