Empezando el 2024, después del año más caliente de la historia, se descubre un asunto que también arde: en el 2010 un exministro de Ambiente de Costa Rica firmó un contrato para hacer lobby a favor de la empresa petrolera gringa Black Hills (dueña de Mallon Oil que tenía una concesión previa a la moratoria). Tras perderse la concesión, cesó el contrato, se sintió agraviado y los demandó.
En esta época de datos, ciencia y crisis climática, ¿qué puede ser peor que trabajar para los intereses de industria petrolera? Tal vez quedar en evidencia por demandar a tu excliente de la industria petrolera. Cinco años de honorarios por el trabajo realizado no fueron suficientes: ambición antes, durante y después.
Ahora podemos ver, como en el cine, un recuento de las actividades que durante un cuarto de siglo realizó Roberto Dobles; antes, durante y después de su servicio público como ministro en la Administración Arias. Al hombre hay que reconocerle su perseverancia; cuando empezó en 1999 ni tenía canas.
¿Qué no ha pasado en 25 años?
Durante ese tiempo yo me convertí en mamá, fundé dos empresas, viajé, me mudé unas 20 veces, me hice rural e inicié mi camino hacia el decrecimiento.
En Costa Rica hemos visto a cuatro personas diferentes ejercer la presidencia, recibimos a millones de turistas, logramos posicionarnos como una potencia mundial en energías limpias, y hasta Cartaguito fue campeón.
En el resto del mundo también ha pasado de todo; cambios geopolíticos, guerras, importantes descubrimientos, avances tecnológicos y médicos, cambios radicales en los patrones de producción y consumo, polarización, una pandemia, Inteligencia Artificial y, sobre todo aceleración en la ruptura del equilibrio con el mundo natural y sus límites físicos.
Creo que todos coincidimos en que el mundo ha cambiado más en los últimos 25 años que varios cientos de años anteriores. Todo ha cambiado; todo menos las intenciones de Roberto Dobles de sacar petróleo en el país campeón mundial de las energías limpias.
En el diagnóstico de riesgos planetarios la evidencia científica es aplastante: la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas nos está matando. No es un eufemismo.
Los expertos coinciden en que la única manera de evitar un colapso planetario generalizado en el corto plazo (entre 10 y 15 años) es lograr una parada drástica de la extracción de energía fósil, y una reducción de la demanda energética sin precedentes, para que, de forma intencional, volvamos a meternos dentro de los límites de un planeta vivo, dejemos de reventar la naturaleza y le permitamos hacer lo suyo; entre tanto, nosotros vivimos con lo esencial, pero lo más importante, nosotros vivimos.
La mala noticia, y en especial para las generaciones jóvenes, es que esa parada no va a suceder; la sociedad muestra un comportamiento suicida, con una economía capitalista crecentista y adicta a la energía que nos lleva por un atajo derechito al colapso.
Volviendo a las noticias de esta semana, la prueba material es que Dobles firmó un contrato de asesoría y regalías con fecha 1 de enero de 2010, tal vez un poco trasnochado ese viernes, y tan solo 9 meses después de salir cuestionado como ministro por tráfico de influencias.
La lógica reacción inicial es que todos se quieren borrar de las fotos con él; cada quién busca o mostrar ignorancia o tomar distancia de su futuro exasesor, como los ministros Amador, Tattenbach y Díaz del gobierno, la negacionista del cambio climático Dobrinescu del Colegio de Geólogos y directiva de Recope; la Junta Directiva de UCCAEP y hasta Pedro Oller, el abogado de los petroleros demandados, cuyo bufete era el punto de recepción de notificaciones del contrato en cuestión.
Otras personas afines a estas élites políticas y empresariales y sus prácticas negocionistas dicen que don Roberto no hizo nada ilegal, tal vez solo un poquito inmoral; mientras tanto los costarricenses informados pueden reconocer a leguas el conflicto de intereses y la práctica de puerta giratoria. Ahora se entiende bien su telele de 25 años, defendiendo lo indefendible, hablando de transición energética en un país con más de 90% de energías renovables.
Hoy queda muy clara una de las razones que justifican la prohibición de explotar los fósiles, especialmente en países del sur global: evitar la corrupción y el enriquecimiento de pocos. Las regalías por el petróleo pueden parecer mucho dinero y lo es cuando se lo lleva una sola persona, familia o grupo, pero está demostrado que ese dinero no alcanza para nada cuando se trata de reparar los daños ambientales y sociales que heredan las comunidades explotadas. Aquí aplica lo de “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”.
A los Dobles del mundo, a los amigos del petróleo y el gas no les interesa el bienestar y la seguridad energética del país, no les importa la competitividad de la industria, tampoco los desvela dar gasolina barata a los pobres; los motiva su ego y un interés económico personal, aunque eso signifique vender lo más preciado que tiene el país: sus tesoros naturales y sus activos reputacionales, su futuro.
Ahora que sabemos lo que pasó antes y durante este episodio, depende de nosotros definir un mejor después: ¿Vamos a apoyar una ley que posicione a Costa Rica como el primer país que no explora ni explota combustibles fósiles a perpetuidad en todo su territorio? ¿Vamos a quitar las trabas y amarras a la energía solar democrática y distribuida y al transporte público eléctrico? ¿Vamos a estudiar y definir cuánta energía realmente necesitaremos en los próximos años y para qué? ¿Vamos a tasar correctamente a los negocios que más contaminan y a subsidiar y hacer crecer a los que más cuidan y regeneran?
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