Generalmente cuando se habla del Medio Oriente, los países que salen a relucir en cuanto a su participación en la mayoría de los temas son Arabia Saudita, Irán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Turquía e Israel, quienes en sus acciones no solo afectan a su región inmediata, sino que repercuten a nivel global por lo vital que es la zona donde se encuentran localizados.
Sin embargo, en los últimos años hay un estado que pese a su tamaño ha alcanzado un rol de influencia muy importante, me refiero a Qatar. Un pequeño país con poco más de once mil kilómetros cuadrados de extensión y una población cercana a los tres millones donde un enorme porcentaje son extranjeros trabajando y que se dio a conocer principalmente por la diplomacia deportiva que han venido planteando desde hace algunos años manejando activos en fútbol, automovilismo y otros eventos importantes y que incluso les permitió realizar un mundial de la FIFA a finales del 2022.
Pero Qatar es mucho más que eso, el país es controlado por la poderosa familia Al Thani, considerada por Bloomberg como una de las más acaudaladas del mundo en el 2023, un PIB per cápita por encima de los $110 mil, además cuenta con yacimientos de gas y una posición estratégica dentro del Golfo Pérsico vecina de Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes e Irán, incluso en medio de la ruta que sale por el Estrecho de Ormuz por donde circula el mayor porcentaje del petróleo del Golfo hacia el mundo.
Aparte de lo mencionado previamente, Qatar es un gran inversionista en diferentes mercados e incluso como parte de su diplomacia blanda económica tienen fuertes cantidades de dinero inyectadas en Turquía con quien participa en diferentes dinámicas militares y políticas como ocurre por ejemplo en Libia donde las actividades beligerantes han logrado permanecer debido a la inyección de capital qatarí enviado al gobierno de Ankara e incluso ha permitido impulsar acuerdos tripartitas en materia militar en el 2020 con el ex primer ministro de ese país reconocido internacionalmente, Fayez al Sarraj.
También hay dinero qatarí invertidos en la guerra siria, a través del gobierno turco, y son grandes benefactores del dinero que llega a Gaza (Palestina) que debía ser utilizado en pagar salarios de funcionarios y en la reconstrucción del enclave, con los problemas que esto ha acarreado a nivel internacional.
Ideológicamente son cercanos a posiciones islamistas de los Hermanos Musulmanes egipcios, aunque por su dinámica económica su militancia es menos evidente, pero sus vínculos han sido criticados. Incluso durante las Primaveras Árabes se acusó de una islamización de los discursos para incentivar a los movimientos más cercanos del islam político a tomar una participación más fuerte en la región, incluso durante los levantamientos sociales, el canal Al Jazeera que se considera cercano al régimen de los Al Thani fue vetado de algunos países árabes al considerar que no informaba, sino que servía como un canal de propaganda para incendiar aún más la región.
De hecho, que la cadena ha sido fuertemente criticada en otros espacios por contemplarlo como una herramienta ideológica bajo la tutela de la monarquía en el emirato de Doha quienes la crearon en 1995 y que se ha expandido incluso a otros idiomas, en los cuales habla conforme al público que está dirigido. Para el mundo árabe cuestiona el liderazgo nacionalista (panarabista) y exalta las líneas del islam político y las luchas contra la decadencia occidental, mientras que en inglés tanto su cadena principal como su versión para las poblaciones más jóvenes a través de AJ+ donde se presentan de un modo más “naive” con posiciones más “progresistas” (dentro de lo que cabe).
También la diplomacia económica qatarí alcanza hoy universidades en los Estados Unidos a través de donaciones con las cuales han incentivado sus posiciones ideológicas en estas. Por ejemplo, se señala que la Universidad de Georgetown ha recibido donaciones por poco más de 173 millones de dólares en donaciones provenientes de este país, así como Cornell University ha recibido aproximadamente 603 millones de dólares en donaciones proveniente del mismo origen, y como esta hay otras, para que se comprenda la influencia desde la perspectiva económica que está realizando el gobierno de Doha sobre centros incluso de formación en un país como los Estados Unidos.
Esto sin mencionar la participación como intermediarios en el conflicto de Afganistán donde han estado involucrados en la negociación entre el expresidente Trump y una delegación del Talibán que se asentaba en Doha o siendo refugio para líderes palestinos como Ismail Haniyeh, así como intercesores en la actual crisis entre Israel y Hamas, logrando intercambios de prisioneros y altos al fuego que permitan el ingreso de suministros a Gaza.
La política internacional actual está condicionada por el papel de diferentes actores, Qatar es uno que no pasa desapercibido y que su rol es cada vez más determinante por su posición como aliado tanto de países occidentales como en su papel marcado dentro del mundo árabe y musulmán en general.
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