Entre las afectaciones que pueden generar las detonaciones están la taquicardia, aturdimiento, estrés y hasta la muerte.

La llegada de las fiestas de fin de año también trae consigo las celebraciones con pólvora. Pese a que algunas personas pueden disfrutarlo, la pirotecnia es sinónimo de sufrimiento para animales como perros, gatos, aves, entre otros, que los puede llevar hasta a la muerte. 

Pero, ¿por que los fuegos artificiales provocan alteraciones en sus organismos? Delfino.cr conversó con la médica veterinaria y representante del Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica, Silvia Coto Mora, para profundizar en el tema.

Los animales tiene un sistema auditivo más sensible que el de los humanos. Los perros, por ejemplo, son capaces de oír hasta los 60.000 hertz (hz) mientras que una persona no oye nada a partir de 20.000hz. Por tanto, si una detonación de pólvora en ocasiones puede resultar molesto para las personas, esa incomodidad puede ser hasta 100 veces más intensa en un canino y desembocar en el sufrimiento.

Los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibelios (110 a 115 decibelios por encima del rango de 75 a 80 decibelios, donde comienza el daño para el oído humano). Por lo tanto, los petardos generan un nivel de ruido más alto que el de los disparos (140 decibelios), y que el de algunos aviones de reacción (100 decibelios).

Además, del dolor auditivo que puede llegar a ser insoportable, la explosión constante genera una situación de estrés, comentó Coto Mora. A esto se le suman daños severos e irreversibles en la salud física y psicológica de los animales, como: taquicardia, aturdimiento, salivación, micción o defecación, trastornos gastrointestinales, vocalizaciones intensas, pánico y hasta la muerte.

Los ruidos causados por la pirotecnia pueden provocar una pérdida de audición y tinnitus (fenómeno consistente en percibir golpes o sonidos en el oído que no provienen de una fuente externa, es decir, oír ruidos que no se corresponden con ningún sonido externo), destacó la Organizacional Ética Animal. 

La doctora indicó que es importante considerar a los animales que sufren de condiciones neurológicas como la epilepsia o que han padecido de episodios convulsivos, pues este tipo de explosiones pueden convertirse en detonantes también de un nuevo y más fuerte episodio.

Las convulsiones dependiendo de la severidad y la duración de las mismas pueden convertirse en una emergencia real".

Coto Mora compartió que la pirotecnia también afecta a la fauna silvestre urbana como las aves, ardillas, mapaches, entre otros, en los que les puede generar infartos y la muerte súbita.

Los ruidos causados por la pirotecnia también pueden llegar a generar fobias en los animales, al aumentar las reacciones de pánico a los ruidos fuertes con la exposición repetida a estos.

¿Qué podemos hacer para ayudarles?

En el caso de las mascotas que tienen un temperamento demasiado nervioso y ansioso, que se alteran con el sonido de truenos cuando hay rayería, la experta detalló que se deben tomar especiales precauciones.

Hizo hincapié en la necesidad de proporcionales un espacio funcione como una guarida o refugio que ojalá incluso funcione como una aislante acústico. 

Puede ser un espacio en un ropero, donde se pueda introducir la transportadora de los animales, y que sientan que pueden quedar protegidos, mencionó.

Incluso sobre la transportadora podemos poner un par de frazadas gruesas que nos ayuden a aislar un poco el ruido exterior, se puede poner también música relajante para ellos a volúmenes altos también para que trate de neutralizar un poco el estruendo del exterior".

Existen plataformas de música que ya tienen playlists para mascotas. Si se notan ansiosos, puede ser un buen momento para ponerles la música a un volumen adecuado e intentar que se relajen. Entre las pistas de música que se podrían utilizar esta la relajante clásica, el jazz suave o los sonidos de cascadas de agua y de instrumentos musicales. 

La veterinaria también comentó que también pueden utilizarse medicamentos naturales o químicos, siempre bajo la supervisión y orientación del médico veterinario de cabecera que conoce con detalle el animal.

Cada paciente tendrá particularidades propias y puede tener también condiciones específicas de salud o fisiológicas que pueden hacernos que nos inclinamos por una opción o por otra y no poner en riesgo la salud de la mascota".

Estos medicamentos pueden ayudar a bajar los niveles de estrés o producir una una relajación o una sensación muy leve, añadió.