Risas socarronas
— La diputada Ada Gabriela Acuña Castro me parece un personaje enigmático. El partido oficialista hizo alarde de cómo ella iba a hacer una loable labor para el sector cultural debido a su amplia experiencia en la materia. En efecto, su hoja de vida es más que destacada.
— Lamentablemente, en vez de nombrarla como jerarca del ministerio, donde todo indica que habría brillado, la sentaron en una curul y en esa posición solo ha destacado por sus exabruptos en comisiones, donde luce indispuesta, errática, desafiante, prepotente e incluso grosera día con día. Ayer, no fue la excepción.
— Le reconozco, eso sí, que ese comportamiento siempre resulta estratégico: saca de quicio a los demás y se pierden minutos de minutos en pleitos insulsos y ridículos, lo que siempre resulta de gran ayuda para quien ocupa la silla caliente. En esta ocasión el beneficiado fue el popular Choreco, alias Federico Cruz Saravanja, también conocido como la mano que mese la cuna a la par del preside...