Corría el año de 1928, un viernes cinco de octubre, apenas se reponían los comerciantes y empresarios, así como los ciudadanos de Cartago de la catástrofe sufrida por tercera vez, a raíz del terremoto de 1910. Tan solo recuperándose de las enormes pérdidas ocasionadas a sus inmuebles y activos, alzaron sus ojos al horizonte promisorio y valientemente echaron los fundamentos de lo que sería la organización que los juntaría en un solo haz de voluntades para luchar unidos por los intereses de su gremio.

En ese momento, se estableció una cuota mensual de asociados de un colón y dos colones para los que más podían para ese tracto de tiempo de octubre a diciembre, acordando que en enero de 1929 la cuota sería de cinco colones: ¡Qué maravilla es valorar la sencillez del pasado, para tomar fuerza y soñar con el futuro!

El edificio del Teatro Apolo sería el asiento temporal para realizar las sesiones de junta directiva.

Han transcurrido 95 años bregando contra viento y marea, siempre al lado de los ciudadanos, de las instituciones políticas, civiles y religiosas de la provincia.

Solo imaginemos cuantas batallas y zozobras ocurrieron en nuestro país y particularmente en Cartago donde estuvo inmersa nuestra Cámara, allá por los años 1939 con motivo de la gran depresión debido a la Segunda Guerra Mundial. O también en el año 1946, tiempos en que transcurría la guerra civil que culminó en 1948, habida cuenta de que fuimos bastión y enclave de las fuerzas civiles y militares que más tarde, precisamente en Cartago, celebrarían su triunfo.

Nuestros antepasados, empresarios y comerciantes vivieron grandes calamidades, recesión total en sus ventas, sufrimientos personales, destrucción de sus activos en voraces incendios intencionales y asaltos de las turbas a sus comercios.

En los años 1970, gestionamos muy duro para que el inversionista, señor Singone, trajera sus recursos económicos de Italia para montar el parque industrial Zeta, uno de los primeros esfuerzos para dar trabajo a más de siete mil cartagineses.

En 1971 el país decide instalar el Instituto Tecnológico de Costa Rica. En la Asamblea Legislativa se elaboraba la ley respectiva. Aun cuando el presidente don José Figueres Ferrer tenía un fuerte compromiso para que fuera Cartago la sede, los alajuelenses estaban haciendo lo posible para llevárselo a su provincia. Nuestra Cámara montó un gran movimiento general dando la pelea para que se cumpliera el compromiso. Se había realizado un esfuerzo para obtener unas fincas de 88 hectáreas en total al sur este de la ciudad, que daría espacio suficiente a las promisorias obras arquitectónicas. En nuestra Cámara se hicieron reuniones de trabajo que condujeron a aglutinar a todos los empresarios y fuerzas vivas de Cartago, para hacer un paro de labores. Se cerraron todos los negocios, escuelas, colegios e iglesias y gobierno local, se organizó la marcha hacia el Alto de Ochomogo y con fuerte presencia en la Asamblea Legislativa, esperamos el debate de aprobación de la ley 4777 del 6 de junio de 1971. Fue una tarde y noche de alegría festiva, nos la merecíamos. Hoy el TEC es estandarte de nuestra vida activa de Cartago y Costa Rica en general.

En el año 1990 decidimos hacer la primera feria de comercio cartaginés en toda la ciudad. Consistía en que los establecimientos que lo decidieran, fueran socios o no, montaban toda clase de artilugios mercadológicos en su propio local para encender la actividad promocional. Se hicieron conciertos en la calle del comercio, con confeti, pólvora y otros signos de festividad. Los famosos Hicsos hicieron las delicias de los cartagineses y fue una verdadera fiesta comercial para todos, acompañados por cantidad de visitantes de San José y otras latitudes.

En el año 2011, empieza a tomar fuerza la Zona Económica especial de Cartago. Aglutina a instituciones como Cámara de Comercio, industrias, Turismo y Servicios de Cartago, Instituto Tecnológico, bancos, municipalidades y otros, para hacernos acompañar de COMEX y MEIC y gestionar la instalación de empresas en Cartago y muy especialmente para reforzar el esfuerzo de empresarios del Parque Industrial La Lima.

En el año 2015, precisamente usando las instalaciones de la Cámara, por más de seis meses se gesta el nacimiento de la primera empresa de ese oarque: Zollner Electric, esa empresa pionera crece en estos tiempos a más de diez mil metros cuadrados en su área de instalaciones.

En ese parque industrial, científico, tecnológico y de centros de negocios, se abrirán fuentes de trabajo que llegarán a más de 12 mil puestos.

Cuidado, si más temprano que tarde, nuestra querida provincia se convertirá de ciudad dormitorio, a una mejor y organizada zona de promisorio futuro.

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