La premisa de este artículo parte del hecho de que se estima que hay alrededor de 100 mil millones de galaxias en el universo observable, y cada galaxia puede contener cientos de miles de millones de estrellas en promedio. Por lo tanto, el número total de estrellas en el universo se calcula en varios trillones (10^24) es decir, que es igual a 1 seguido de 24 ceros: 1,000,000,000,000,000,000,000,000. Es importante señalar que esta cifra es una estimación y puede variar según las observaciones y los modelos astronómicos utilizados. A cada estrella como nuestro sol, le pueden orbitar uno o varios planetas, con o sin lunas, por lo que la cantidad de formas astronómicas en el cosmos son números muy altos.

Es un hecho notorio que en el planeta que llamamos Tierra se constata vida inteligente en diferentes especies de animales y plantas, colocando al ser humano en la parte más arriba de la escala evolutiva del uso del cerebro. Entonces, el problema consiste en que —prescindiendo de consideraciones religiosas—  es problemático suponer que en un espacio tan vasto rayando en lo infinito, seamos el único planeta habitado con vida y además vida inteligente, sin embargo, existen pensadores muy reconocidos que sostienen lo opuesto, en una posición minoritaria, tales como Michael Hart, autor del "Principio de Mediocridad Copernicana", que argumenta que la Tierra podría ser la única en albergar vida inteligente; y Peter Ward y Donald Brownlee, autores de "Raras: Por qué seres inteligentes rara vez son los extraterrestres", quienes sugieren que los eventos extremadamente improbables necesarios para la formación de la vida inteligente podrían ser raros en el universo. Pero, este debate no solo es necesario, sino relevante, porque entrevera muchos temas que son novedosos para la filosofía y la ciencia.

Ingredientes básicos para la vida como la conocemos

En orden de prevalencia, son: el hidrógeno, el helio, el oxígeno y el carbono. Estos elementos proporcionan las moléculas y compuestos necesarios para las reacciones químicas que sustentan la vida. Además, se requiere una fuente de energía, que en la Tierra proviene principalmente del sol. En varios cometas, y planetas dichos elementos existen, por lo que no faltan ingredientes para la sopa elemental de la vida. Uno de los conceptos clave en la búsqueda de vida extraterrestre es la "zona habitable". Esta es la región alrededor de una estrella donde las condiciones son adecuadas para que exista agua líquida en la superficie de un planeta. El agua líquida se considera un ingrediente esencial para la vida tal como la conocemos. Sin embargo, la zona habitable no garantiza automáticamente la existencia de vida, ya que otros factores, como la composición atmosférica y la radiación estelar, también son importantes.

Exoplanetas. En los últimos años, los astrónomos han descubierto miles de exoplanetas, planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar. Estos descubrimientos han ampliado nuestra comprensión de la diversidad de planetas que existen en el universo. Algunos de estos exoplanetas se encuentran en la zona habitable de sus estrellas, lo que aumenta la esperanza de encontrar mundos que puedan albergar vida. Muchos de esos exoplanetas reúnen condiciones similares a las de nuestro planeta, el problema es que se encuentran muy lejos, porque, llegará el momento, me temo, que tendremos que migrar y dejar nuestro mundo, porque no lo supimos gestionar adecuadamente.

Formas de vida posibles

  1. Vida basada en carbono. La forma de vida que conocemos en la Tierra está basada en carbono. Podría haber otras formas de vida basadas en elementos químicos diferentes, como silicio o nitrógeno, pero estas son más especulativas.
  2. En otros planetas o lunas del sistema solar, como Marte o Europa (luna de Júpiter), es posible que existan microorganismos simples bajo la superficie o en océanos subsuperficiales.
  3. Vida extremófila. En la Tierra, hemos encontrado vida en lugares extremadamente hostiles, como los respiraderos hidrotermales en el fondo del océano. Esto sugiere que podrían existir microorganismos extremófilos en otros lugares del cosmos, en ambientes extremos de temperatura, presión o radiación.
  4. Vida en exoplanetas. Los astrónomos han descubierto miles de exoplanetas, algunos de los cuales están en la zona habitable de sus estrellas. En estos lugares, podría existir vida similar a la terrestre, pero esto aún no se ha confirmado.
  5. Vida basada en bioquímica diferente. Como mencioné anteriormente, aunque la vida en la Tierra se basa en carbono, es posible que existan formas de vida que utilicen una química completamente diferente, como en mundos con condiciones muy distintas a las de la Tierra.
  6. Vida artificial. En un futuro lejano, los seres humanos podrían crear formas de vida artificial, como inteligencia artificial consciente, que podrían existir en el cosmos como una forma de vida avanzada.
  7. Formas de vida desconocidas. También es importante recordar que el universo es vasto y diverso, y podrían existir formas de vida que ni siquiera podemos imaginar en este momento.

Me gustaría destacar como ejemplo de vida extremófila en la Tierra, los tardígrados, también llamados osos de agua, que son criaturas de menos de un milímetro de largo y que pueden sobrevivir cuando son sometidas a temperaturas de hasta 150 °C y a congelación del casi cero absolutos. En abril de 2019, los osos de agua habían sido deshidratados para colocarlos en animación suspendida, una técnica por la que se introduce en el organismo una solución salina fría que reduce la temperatura y hace que se consuman menos recursos. Después se introdujeron en un ámbar artificial. Los tardígrados iban en una sonda israelí con destino a la Luna que se estrelló en ella, de acuerdo con Nova Spivack, jefe de la Fundación Arch Mission, se cree que las posibilidades de supervivencia para los tardígrados son extremadamente altas. Es decir, ya está demostrado que existe vida terrestre en nuestro satélite, lo que permite generar expectativas de que es posible la vida fuera de nuestro planeta. La respuesta más simple, bajo el principio de parsimonia. la dijo Carl Sagan para justificar esta tesis: “sería un enorme desperdicio de espacio si estuviéramos solos”.

Las limitaciones tecnológicas y el futuro de la exploración

A pesar de nuestros avances en la exploración espacial y la detección de exoplanetas, la búsqueda de vida extraterrestre sigue siendo un desafío monumental. Las distancias entre las estrellas son enormes, y las tecnologías actuales limitan nuestra capacidad para estudiar planetas lejanos en detalle. Las probabilidades de vida extraterrestre siguen siendo un misterio intrigante. Si bien no tenemos pruebas definitivas de vida más allá de la Tierra, los avances en la astrobiología y la exploración espacial nos acercan cada vez más a la posibilidad de encontrar vecinos cósmicos.

La ecuación de Drake. Esta es una posibilidad optimista del enfoque del tema. La ecuación de Drake es una fórmula utilizada en la astronomía y la astrobiología para estimar el número de probables civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que podrían ser capaces de comunicarse con nosotros. Fue propuesta por el astrónomo Frank Drake en 1961 y se utiliza como una herramienta conceptual para abordar la cuestión de la existencia de vida inteligente en otros planetas.

La ecuación de Drake se expresa de la siguiente manera:

N = R* x fp x ne x fl x fi x fc x L

Donde:

  • N representa el número de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia que podrían comunicarse con nosotros.
  • R* es la tasa de formación de estrellas en la Vía Láctea por año.
  • fp es la fracción de esas estrellas que tienen sistemas planetarios.
  • ne es el número promedio de planetas que podrían albergar vida por cada sistema planetario.
  • fl es la fracción de esos planetas donde realmente se desarrolla la vida.
  • fi es la fracción de planetas con vida donde se desarrolla vida inteligente.
  • fc es la fracción de civilizaciones inteligentes que desarrollan la tecnología necesaria para la comunicación interestelar.
  • L es la duración promedio en años durante la cual una civilización es capaz de comunicarse.

La ecuación de Drake es una herramienta útil para iniciar conversaciones sobre la búsqueda de vida extraterrestre y estimar cuántas civilizaciones podrían estar ahí fuera en nuestra galaxia. Sin embargo, dado que muchos de los valores en la ecuación son desconocidos o sujetos a especulación, su utilidad principal es estimular la reflexión y la investigación en el campo de la astrobiología.

La paradoja de Fermi. Se puede explicar como la postura opuesta a la de Drake. es un enigma que se relaciona con la existencia de vida extraterrestre y la aparente falta de evidencia de su presencia a pesar de las muchas posibilidades que existen en el universo para que haya otras civilizaciones avanzadas. La paradoja lleva el nombre del físico italiano Enrico Fermi y se originó en una conversación que tuvo con colegas en 1950. La idea principal es la siguiente:

  1. El universo es vasto y contiene miles de millones de estrellas similares al sol y planetas similares a la Tierra.
  2. Dado que el universo tiene una edad estimada de aproximadamente 13.8 mil millones de años, muchas de estas estrellas y planetas han existido durante miles de millones de años antes que nuestro sistema solar.
  3. En teoría, debería haber muchas oportunidades para que surjan civilizaciones extraterrestres avanzadas en estos planetas. Sin embargo, a pesar de estas posibilidades, no hemos encontrado ninguna evidencia sólida de la existencia de civilizaciones extraterrestres a través de la observación directa o la recepción de señales de radio detectables. Esta aparente falta de evidencia es lo que constituye la paradoja de Fermi. Se han propuesto diversas explicaciones para esta paradoja, que incluyen:
  4. Las civilizaciones extraterrestres pueden ser extremadamente raras o efímeras, lo que haría que sea poco probable que nos encontremos con ellas.
  5. Las civilizaciones avanzadas pueden estar ocultas o ser discretas en su comunicación, utilizando tecnologías que no podemos detectar fácilmente.
  6. La vida inteligente puede haber surgido en otros lugares, pero no necesariamente en formas que reconozcamos o entendamos como "vida".
  7. Existen barreras tecnológicas o biológicas que dificultan que las civilizaciones alcancen un nivel de desarrollo tecnológico que les permita viajar a través del espacio y comunicarse con otras civilizaciones. La paradoja de Fermi sigue siendo un tema de debate en la astrobiología y la ciencia espacial, y los científicos continúan buscando respuestas a esta pregunta intrigante sobre la existencia de vida extraterrestre en el universo. Lo cierto es que, hasta la fecha, no se ha encontrado evidencia concluyente de vida extraterrestre. La búsqueda de vida en el cosmos es un campo en constante evolución y sigue las exploraciones en busca de señales de vida.

Toma de posición. Creo que cada disciplina del conocimiento humano merece igual respeto, de tal manera que un botánico no puede desacreditar a un geólogo por considerar que su saber es más importante o tiene un mayor peso de verdad, lamentablemente la arrogancia humana es inconmensurable, y por salud mental, es mejor evitar discusiones donde existe agresión basada en posiciones de poder, por ello opino que cada quién tiene derecho a pensar lo que desee con respeto de la opinión ajena: La vida es un oxímoron, porque es corta y larga a la vez; no concibo que en la vastedad del cosmos con todas sus posibilidades nuestro planeta sea el único que albergue vida inteligente, no quiero implicar que se trate de la misma vida que entendemos nosotros, ni el mismo tipo de lo que llamamos inteligencia.

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