Soy economista, bastante ateo, bastante capitalista…hombre, “blanco”, heterosexual… así que de ahí partimos, ya dejé expuestos todos mis “defectos”, por si quiere seguir leyendo.

Estaba pensando en que algún tipo de maniqueísmo moralista puede que, subconscientemente, nos esté afectando en el avance de la ciencia, el conocimiento humano.

Resulta que, según “San Juan” en 1, 1-18: “Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.”

Si queremos —¡si no queremos, pues no!— podemos leer en La Biblia a “la Palabra” como equivalente de “Dios” e interpretar que: a como definimos, creemos.

¿Cómo es eso? Es que, “al principio solo era la palabra”. Resulta que alguien le puso, “nombró”, a la energía electromagnética de los electrones que era “negativa”. Alguien decidió llamar a la energía que nos conjunta como “oscura”. Alguien decidió que aquella materia que es igual a la que conocemos a través de nuestros sentidos, pero de carga opuesta se llama “antimateria”.

Y resulta que los iones “negativos” podrían ser súper “positivos” para nuestra salud: resulta que los iones “negativos” aumentan la producción de serotonina, importante para mejorar nuestro estado de ánimo, además eliminan del aire el polvo, polen y demás contaminantes. Los iones “negativos” podrían fortalecer el sistema inmunológico y la circulación sanguínea.

En algún momento decidimos rechazar lo oscuro, lo negro, por ser malo, y promover, adorar, lo luminoso, lo blanco, como bueno… pero recientemente aprendimos que lo que percibimos como negro es porque absorbe toda la energía lumínica que vuelve a nuestros ojos. Al contrario, lo que percibimos como blanco es porque “rechaza” (aquí, cometiendo el error de antropomorfizar) toda la energía que recibe… ¿y si lo negro es “bueno” porque está cargado de energía y lo blanco es “malo” porque la rechaza?

Entiendo que los indígenas latinoamericanos adoraban “la tierra”, bajo distintas denominaciones, pero básicamente lo bueno estaba “abajo” (gracias Mafalda por ponernos a cuestionar). Además, lo bueno es “femenino”. Llegaron los españoles (blanquitos) con sus ansias de vengar el asedio de los moros (“morenos”) a sus creencias y vinieron a imponerle a los nativos de por aquí que lo bueno es “masculino”, blanco, y está arriba. La tierra es oscura, “sucia”, femenina. Como la malvada de Eva, mujer, que engaña al buenazo de Adán, hombre. El cielo es infinito, claro. Digno de ser la morada de la deidad de los cristianos.

Entiendo que entendemos que los egipcios y otros credos anteriores a los abrahámicos buscaban atraer la energía del cielo hacia la tierra, a través de pirámides y otros artefactos… ¿y si era al revés? ¿Y si lo estamos viendo con lentes con los cristales puestos al revés?

De repente se siente uno como El Principito tratando de hacerle ver a los adultos que eso no es un sombrero…

"¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Isaías 5:20, RVR1960).

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.