Comer no es solo una necesidad fisiológica, sino también una experiencia que nos permite degustar, reconocer sabores y conectar con otras personas. Comer en compañía de familiares o amigos nos provoca consumir una mayor cantidad de alimentos con respecto a lo que ingeriríamos si estuviésemos solos.

Sin embargo, no siempre es posible comer acompañado. Entonces, los seres humanos encontramos alternativas para satisfacer nuestras necesidades sociales mediante plataformas de transmisión, que permiten la interacción entre espectadores y anfitriones, también conocidos como streamers.

En Corea del Sur, en 2010, surgió el término ‘meokbang’ o ‘mukbang’ (en hangul, 먹방), que proviene de la combinación de las palabras coreanas “comer” (meokneun 먹는) y emisión o transmisión (bangsong 방송), para referirse a las populares transmisiones de comida.

Estos videos se difundieron mediante las plataformas de Afreeca TV, YouTube y Twitch, y se caracterizan porque los anfitriones consumen cantidades exageradas de alimentos, como 15 hamburguesas en 10 minutos. Recientemente, los mukbang se viralizaron en TikTok e Instagram, probablemente porque muestran comida tradicional y platillos exóticos de diferentes países.

A través de los años, los mukbang han evolucionado y los streamers se dedican a cumplir con las expectativas de sus espectadores. Entre las diferentes modalidades, existen los mukbang ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, por sus siglas en inglés), que enfatizan los sonidos de masticación y deglución. Otros videos se concentran en las texturas de los alimentos, que generan estímulos que resultan relajantes y placenteros para algunas personas.

Detrás de cámaras

Aunque el mukbang se creó para ayudar a las personas a disminuir la sensación de soledad y mejorar su ingesta de comida, también ha propiciado trastornos de la conducta alimentaria y otros problemas de salud. Los profesionales de la salud de Corea del Sur han expresado preocupación por el aumento de casos de obesidad entre los coreanos y han sugerido brindar mayor atención a este fenómeno, e inclusive, implementar regulaciones gubernamentales.

Algunos de los espectadores describen envidia y asombro por las cantidades copiosas de comida que los streamers consumen sin un aumento de peso aparente, pero estos anfitriones indican que pasan varias horas al día ejercitándose para ser capaces de ingerir grandes porciones de comida sin aumentar de peso. No obstante, se cree que los presentadores de mukbang se restringen o se purgan antes y/o después de las grabaciones para mantener sus físicos tonificados.

Por el contrario, en el caso de los espectadores, existen dos grandes extremos. Algunos participantes admiten que al ver a otras personas comer están “comiendo indirectamente”, con lo cual pierden el apetito y no necesitan ingerir alimentos. De igual manera, otros espectadores indican que luchan con bajo apetito y que los mukbang los ayudan a aumentar su propia alimentación sin experimentar sentimientos de culpa.

Desperdicio de comida

Los desechos de alimentos son uno de los mayores contribuyentes al cambio climático, no solo por el metano que producen, sino también por la energía y los recursos que se emplean para la producción de los alimentos. Por esta razón, en Corea del Sur se prohibió que los desechos de comida terminaran en vertederos y el 90% de los desperdicios se convierten en alimento para animales, fertilizantes y combustible para calentar los hogares. Sin embargo, el desperdicio de comida produce todavía un gran impacto económico.

El presidente de la República Popular de China, Xi Jingping, lanzó la campaña Clean Plate, con el propósito de reducir el desperdicio de comida en su país, que calificó como “impactante y angustioso”. Además, en el 2021 lanzó una ley contra el desperdicio de alimentos, por lo que los mukbang en China se convirtieron en controversiales.

¿Podemos seguir comiendo ostentosamente frente a una cámara, en un mundo en el que millones de personas mueren de hambre? ¿Es acaso la popularidad de los mukbang una excusa para justificar el consumo excesivo de alimentos? ¿Es necesario llevar todo lo que hacemos hasta el límite? La respuesta a estas preguntas es una, sin duda obvia.

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