En Cahuita la mayor parte de las familias se dedican al turismo y un turismo único por lo menos a nivel nacional —y cuidado no internacional— porque aquí se respeta la naturaleza. Al haber personas de diferentes partes del mundo, es un lugar con una cultura muy rica, que se ve reflejado en su comida, en su calypso, en la música, en el respeto que hemos tenido hacia la naturaleza y el compromiso de cuidar el ambiente. Además, históricamente Cahuita se ha caracterizado por luchar en contra de las políticas del gobierno. Cuando nos quitaron el Parque Nacional, conseguimos que se estableciera un co-manejo para que la comunidad pudiera ser parte de la administración, también la lucha por la tierra, por el espacio de todas estas personas que hemos habitado aquí por años, sí ha sido una lucha constante que nos han heredado nuestros antepasados, que ahora la asumimos con gran responsabilidad y no se la queremos heredar a nuestros hijos sino llegar a una solución.

Por eso es que nos preocupa este plan regulador porque no es que no lo queramos, de hecho, lo necesitamos, para que todas estas áreas donde se quieran hacer construcciones se hagan respetando la fragilidad ambiental que tenemos en el Caribe Sur, es muy importante actualizarlo, el problema de este plan regulador es que no respeta este ordenamiento territorial existente, no se hizo un diagnóstico, no se sabe cuántas personas están habitando en la Zona Marítimo Terrestre. Es muy importante mencionar que aparte de las actividades turísticas que hacemos, para nosotros el mar, es nuestra forma de interactuar con la comunidad, de poder relajarnos, de conectarnos con la naturaleza, de distraernos, de hacer ejercicio. Cahuita es una comunidad pequeña que está arraigada a la parte cultural afro que ha sido el pilar de Limón y de todo Costa Rica, nosotros básicamente dependemos del turismo y este modelo de turismo enclave que se está proponiendo va a ser un exterminio de la comunidad como la conocemos.

Este plan regulador se ha manejado en secreto. Nosotros estábamos acostumbrados a que cuando se hablaba de plan regulador —o de cualquier otra propuesta— se invitaba a la comunidad, se hacia una reunión en el salón comunal, pero desde la última reunión que fue en el 2018, no se presentó más información. Ellos (la Municipalidad de Talamanca) alegaban que se había publicado todo en La Gaceta, que si bien es cierto es un medio oficial, no es un medio legítimo de comunicación con las comunidades. A raíz de eso empezamos a solicitar información y no se nos facilitaba entonces tuvimos que recurrir a la Sala Constitucional. Esperamos que ellos se den cuenta que fuimos a una audiencia pública sin conocer los documentos del plan regulador porque tuvimos que conseguirlo por nuestros medios e hicimos un gran esfuerzo por entenderlos y por transmitírselo a la comunidad.

Hemos tenido la ventaja de que contamos con dos asesores legales ad honorem que nos han estado colaborando y guiando en este camino, también otros movimientos no solo a nivel local sino también movimientos ambientales a nivel nacional nos han apoyado mucho, además de la Universidad de Costa Rica. Hemos buscado la forma de que nuestra voz se eleve y que otras personas que está pasando por lo mismo en distintas costas, se sientan identificadas y podamos hacer una alianza, esperemos que no en un momento muy lejano, así vamos a poder defendernos, porque nos hemos dado cuenta que si no estamos unidos y no nos defendemos del gobierno nos va a aniquilar.

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