Por Javier Blanco Espinoza – Estudiante de la carrera Administración de Negocios

Vivimos en un mundo que cada vez es más automatizado y tecnológico. Poco a poco las máquinas y los robots se están haciendo cargo de diversos puestos laborales y eso trae inseguridad a algunos trabajadores por la posibilidad de ser reemplazado. La buena noticia es que, por más tecnología que exista, van a seguir siendo máquinas y nosotros seres humanos. Tenemos la capacidad de entender a otras personas, mostrar empatía, escuchar atentamente a otros individuos, trabajar en equipo, entre otras cosas. Esto es lo que se conoce como habilidades blandas o soft skills, en inglés. Parece contradictorio, pero entre más progresa el mundo tecnológico en el ámbito laboral, más nos acercamos a lo humano. La implementación de estas habilidades ha cambiado la forma en que las empresas trabajan y tratan a sus empleados, lo cual crea un impacto notable en todo el mundo profesional.

Antes se creía, y con buena razón, que al momento de salir de la universidad un título y cierto nivel de conocimiento iban a ser lo único necesario para colocarse en el mundo laboral y tener éxito. En la actualidad, esto se aleja de la realidad, la carrera de un profesional puede verse afectada por su dominio y desarrollo de aptitudes sociales. Las habilidades interpersonales son vitales para cualquier individuo que desee conectarse con un equipo de trabajo, que busque motivar y liderar a un equipo, y resolver problemas o conflictos.

Esta nueva realidad ha hecho que las empresas inviertan recursos en capacitaciones, cursos y reglas para fortalecerlas. El concepto de “jefe” está siendo reemplazado por el de “líder”, rompiendo paradigmas y desaprendiendo hábitos antiguos dentro de las empresas. Para lograr estos cambios se requiere interés en aprender a ser conscientes de nuestras habilidades sociales.

Algunos de los soft skills más solicitados en el siglo XXI son los siguientes: creatividad, comunicación, liderazgo, gestión del tiempo, manejo del estrés e inteligencia emocional. La buena noticia es que, si un individuo no cuenta con estas habilidades, se pueden desarrollar y adquirir para poder crecer como personas y profesionales. Muchas, por no decir la mayoría, de las empresas están siguiendo esta trayectoria que no puede ser ignorada. Una organización, por más valor o éxito que tenga, sin personas no puede existir, por eso sería un error no invertir en la forma en que la empresa funciona a nivel de competencias sociales.

Por otro lado, estos cambios tendrán impacto en la educación ya que, si la manera en que las empresas funcionan cambia, los modelos educativos obsoletos deben cambiar también para satisfacer los nuevos modelos de empleabilidad y trabajo. Por esto es importante que las habilidades blandas se implementen en los modelos educativos para que sean una parte integral de cada individuo.

Nos encontramos en el comienzo de una revolución en el mundo laboral. La forma en que las organizaciones funcionan está cambiando constantemente, cuentan con departamentos de recursos humanos cada vez más grandes. Evidentemente, una empresa que invierta sus recursos en la implementación de estas habilidades tendrá una ventaja sobre la competencia. El mundo tecnológico no deja de progresar y nosotros como profesionales debemos prevenir estos cambios para estar listos a los nuevos desafíos que se presenten.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.