Somos ciudadanos indígenas no para ser discriminados y, sin embargo, nos discriminan. No tenemos un territorio ni casas donde vivir, porque en Sixaola todo está comprado, lleno de empresas bananeras las cuales a veces llegan y desalojan a las personas con sus niños y niñas. Muchos de nosotros alquilamos, pagamos luz, agua y vivimos afligidos. Hay facturas de pagos de agua por 90 mil colones y tengo un salario de 100 mil colones (porque no baja ni sube), ¿cuánto me está quedando en el bolsillo? Esto es una explotación.
La educación también se ve afectada, puesto que muchos niños y niñas no pueden acceder a ella porque se les niega la oportunidad de optar por una beca. Esto afecta también en un sentido emocional ya que ellas y ellos se afligen. En cuanto a la salud, cuando asistimos al EBAIS no hay citas disponibles, nos asignan otra fecha para solicitar una y cuando volvemos nos repiten el discurso.
Nos discriminan aun cuando pasan accidentes, por ejemplo, una compañera tuvo que trasladarse hasta el Valle La Estrella para realizarse unas placas, pero no la atendieron pese a tener un seguro. La excusa: el seguro solo nos respalda en el sector de Talamanca, o sea, que cuando nos mandan a Limón o a San José no nos reciben, pues el seguro por el Estado que tenemos es simplemente como un código que no nos respalda.
Necesitamos una solución y es muy clara: el cumplimiento de nuestros derechos. No tenemos ni siquiera dónde cultivar, sembrar al menos una mata de plátano o yuca, porque no tenemos un territorio donde podamos siquiera desarrollar nuestra cultura, porque el cultivar es parte de ello, así como el criar gallinas, cocinar a fogón, entre mucho más. Esto es algo que se nos prohíbe en la empresa bananera, los y las compañeras no pueden cocinar con leña, porque supuestamente dañan las casas (la mayoría de las personas ngäbes viven en casas que le pertenecen a las empresas transnacionales).
Necesitamos que el gobierno nos dé el sí para un territorio de uso personal de nosotros, donde podamos realizar nuestros eventos culturales y sociales.
Exigimos el cumplimiento del Convenio 169, porque nosotros tenemos derechos, como lo es la educación, el trabajo digno, la salud y un territorio.
* En base a participación en Foro sobre la realidad de la comunidad indígena Ngäbes de Sixaola, Facultad de Derecho, 28-3-23, realizado con apoyo de los proyectos Pueblos Originarios y Universidades (ED-3622) y Geografía y Diálogo de Saberes (ED-3526).
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