La expresión "hay un elefante en la habitación" es una metáfora de origen anglosajona (elephant in the room), para referirse a algo que es obvio y evidente, pero que nadie quiere mencionar o discutir abiertamente, o bien que el tema es ignorado o pasa inadvertido. El significado implica la idea de que sería imposible pasar por alto la presencia de un elefante; entonces, las personas en el cuarto que fingen que el elefante no está ahí, han elegido deliberadamente evitar lidiar con el enorme problema que potencialmente implica la presencia de ese animal. Sin embargo, el elefante sigue presente y ello es incómodo para todos los involucrados, quienes, a pesar de ello, continúan evitando hablar del problema, a sabiendas de que la situación es conocida por todos.

Este artículo es incómodo, doloroso y para nada trivial, recomiendo a las personas lectoras que gustan de evadir la realidad que abandonen su lectura, y busquen imágenes de gatitos tiernos en la red, lo cual en sí mismo no tiene nada de malo, así no verán el elefante cuyo bosquejo se presenta aquí con unas pocas pinceladas porque el tema es muy extenso y complejo.

Según la Organización Internacional del Trabajo, se entiende por “explotación sexual comercial infantil” (ESCI) una violación de derechos humanos y una forma de explotación económica que ocurre cuando una persona o grupo de personas enganchan o utilizan a niños, niñas y adolescentes en actividades sexuales con el objetivo de satisfacer sus intereses o los de personas terceras, a cambio de cualquier remuneración, sea económica o de otro tipo. El mismo organismo distingue cuatro modalidades:

  • Relaciones sexuales remuneradas.
  • Pornografía.
  • Turismo sexual.
  • Tráfico de menores para actividades sexuales.

El caso de México

Se estima que el 80% de las víctimas son niñas entre 10 y 14 años. En México, 47 infantes desaparecen cada día para este propósito, es decir, 1410 al mes, lo que se traduce en aproximadamente 16,920 menores al año, que serán destinados a este vil negocio regentado por mafias internacionales. Evidentemente, no necesariamente las cifras oficiales reflejan la cantidad de casos que se perpetran. Las relaciones sexuales remuneradas, conocida como “prostitución infantil”, se lleva a cabo principalmente en las principales ciudades y zonas turísticas de la República Mexicana. México es visto, lamentablemente, por algunas personas a nivel mundial como un destino de turismo sexual. Sobre todo: Tijuana, Cancún y Acapulco, conocido como “el Bangkok de Latinoamérica”. De acuerdo con el informe de ECPAT International (End Child Prostitution Child Pornography and Trafficking of Children for Sexual Purposes), México es visitado por “clientes” que proceden principalmente de Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y Alemania y no tienen un perfil determinado, ya que pueden ser desde pederastas hasta clientes ocasionales. Los polleros, coyotes y las bandas de narcotráfico, también lucran con este macabro negocio, al descubrir que infantes centroamericanos migran hacia Estados Unidos de Norteamérica, sin la compañía de adultos.

Costa Rica

El informe de trata de personas 2022 de la Embajada Estadounidense en San José, describe que Costa Rica tiene dos fuerzas policiales involucradas en las investigaciones de trata de personas: la Policía de Investigación Judicial (OIJ) y la Policía Profesional de Migración de la Dirección General de Migración (DGME). La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas (FACTRA) supervisa ambas unidades de investigación. Según esta fuente, hubo 23 casos de trata sexual de niños en el año 2022 con relación a 28 casos en el año 2020.

Cifras

El Informe Mundial sobre la Trata de Personas es producido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) cada dos años, con el fin de fundamentar una respuesta eficaz a este delito y situarlo en el contexto de la Agenda de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. La edición de 2020 se construyó con la mayor base de datos del mundo sobre víctimas de trata, en la que se compilan cifras de fuentes oficiales de 148 países, el informe 2022, mostró una disminución de este delito respecto al informe del 2020, posiblemente debido a la pandemia del COVID-19. Este documento concluyó que, en los últimos 15 años, entre las víctimas detectadas, más del 30% son menores de edad. El porcentaje de niños, mayormente utilizados para explotación laboral, pasó del 3% al 15%; en el caso de las niñas, tratadas con fines de explotación sexual, pasó del 10% al 19%. No obstante, para la UNODC, dada la naturaleza oculta de este delito, el número real de víctimas de trata es mucho mayor. Según cálculos no oficiales, la trata de personas es -después de la venta de armamento- el segundo negocio ilícito más lucrativo a nivel mundial, por encima del mercado de las drogas ilegales, con una cantidad aproximada de ganancia de los 250 mil millones de dólares anuales, cifra de difícil corroboración por razones obvias, pero también es dinero de sangre.

Un caso real

“Ana” y José” son los padres de M. B. una niña que a los 6 años estaba con sus progenitores en un centro comercial de una capital latinoamericana, la niña se soltó de la mano de su papá y en dos segundos la perdieron de vista. Han pasado doce años desde ese incidente. Contrario a lo que suele pasar, M. B. fue rescatada en un operativo policial, luego de años de explotación sexual con adultos y producción de pornografía, se recupera de varias adicciones a drogas que le suministraron contra su voluntad, ha recibido tratamiento psicológico y psiquiátrico, con pronóstico reservado. ¿Y si fuera su hija? Hay un elefante en la habitación, ¿ya puede verlo?

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