La Unidad como se le conoce popularmente es el partido “heredero del calderonismo”, una corriente caudillista afiliada al expresidente Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, a quien se le atribuyen logros como lo creación de la Universidad de Costa Rica, el Código del Trabajo y las Garantías Sociales, nada más y nada menos que las bases de el Estado social de derecho costarricense. O algo así decían los libros de Eduvisión y Santillanas cuando me toco estudiar para bachillerato.
Levantar esas banderas debería ser sinónimo de orgullo, no solo para los militantes de ese partido, sino que de todas las personas que vivimos en este país. Y por esa misma razón es que aun miles de costarricense les agradecen y votan por este partido, aun después de los escándalos de corrupción que le han perseguido. Pero ese apoyo también se ha visto disminuido a nivel nacional en las elecciones anteriores.
Las estrategias de sobrevivir que ha implementado el PUSC han sido básicamente aliarse con los partidos políticos que han pasado a las 2 ultimas segundas rondas, con el PAC lograron posicionarse en ministerios tan importantes como el de Hacienda, Presidencia y tiempo después Comunicación, y ahora, con la victoria del “taxi” Progreso Social Democrático, se han mantenido el control de Hacienda y se han expandido a otras carteras importantes como Comercio Exterior y el Banco Centroamericano de Intergaciónn Económica (BCIE).
Pero en ese periodo no se les dificultó mostrar sus dientes y ser una traba para cada proyecto que buscara dar mejores condiciones a la ciudadanía y del país. Basta con recordar a los impresentables Pedro Muñoz y María Inés Solís que fueron piezas estratégica para bloquear la agenda del anterior Ejecutivo, ejemplo de esto son las trabajas que le pusieron a la ley contra la usura o al Acuerdo de Escazú.
Pero, en esta ocasión, las diputadas y diputados electos para el periodo 2022- 2026 han demostrado ser alineados estratégicos para la agenda del señor presidente. Protegen sus ministros a pesar de las persecuciones políticas utilizando la institucionalidad para “sacarse clavos” sustentados en un TikTok, y apoyan leyes que afectan a la población más vulnerable, como es el caso de las jornadas extenuantes de 12 horas. Lo que es curioso porque es el partido que dice ser heredero de quienes nos dejaron las garantías sociales, hoy es el mismo que quiere retroceder en derechos laborales, por cuotas de poder.
El pueblo a la hora de emitir un juicio puede ser realmente duro, y este tiene mucho que cobrarle la Unidad, sus evidentes alianzas con las élites dejando desprotegido a grueso de la población, lo tibios que han sido a la hora de exigirle a un ejecutivo con tintes autoritarios y a todas luces corrupto, y lo más importante, olvidar su historia y a quienes fundaron sus bases.
Hoy nos toca a nosotros ver al cascaron añejo de lo que alguna vez fue, con sus diputados cada uno más olvidable que el otro, que finalmente se convierten en una masa amorfa, muy a fin al cantante evangélico con curul y sus discípulos, muy a fin los desconocidos que llegaron por Pilar.
¿Hasta cuándo el PUSC se va a permitir seguir desapareciendo?
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