El cuerpo habla un 70% más que la boca y generalmente dice lo que estamos pensando, así que cuando no hablamos lo decimos casi todo con nuestro cuerpo, por eso siempre digo que en sus reuniones lo mejor que pueden hacer es hablar, sino habrán dicho más que aquellos que hablaron toda la reunión. El silencio habla. La ausencia comunica. Todo comunica.

La conexión de los pensamientos y la comunicación es prácticamente instantánea, en el momento que pensamos algo, el cuerpo lo dice y luego nuestras palabras si son necesarias, podemos hacer el ejercicio de pensar por un momento en la persona que nos gusta o que amamos y sin hablar habremos expresado lo que nos hace sentir con la postura, la cara y nuestras manos.

Entonces, cuando queremos “mentir” sobre lo que estamos pensando, definitivamente tenemos que hacer un esfuerzo interesante con el cuerpo, casi que tenemos que ser conscientes de la postura corporal y de la gesticulación, antes de hablar para ocultar lo que pensamos, por ejemplo si estamos muy molestos con alguien y no queremos hablarle, pero queremos seguir como “si nada”, seguramente trataríamos de no hacer contacto visual, de caminar rápido, de no hacer movimientos con los ojos o con las manos, de poner nuestra atención en el teléfono, televisión, computadora, pero el tema es no generar conversación y ocultarse, es imposible.

Cada gesto, cada movimiento, cada suspiro, comunica. Y dice, qué pensamos, aunque la otra persona no pueda leer la mente, podría decodificar nuestra conducta e interpretar desde su vivencia nuestros pensamientos, nuestro sentir, porque justo, a la par, en un segundo de lo que pensamos, está el sentimiento, la emoción y la resignificación de las emociones a partir de los que pensamos una y otra vez.

¡Qué lindo!  ¡Qué pereza!  ¡Qué aburrido! ¡Qué bueno! Todas esas frases cortas que a veces decimos en nuestra mente en un mismo minuto en las reuniones de trabajo se entienden, aunque estemos serios, y si es virtual, aunque tengamos apagada la cámara, porque tener apagada la cámara en una reunión virtual dice casi lo mismo como si conversáramos con alguien dándole la espalda.

En fin, en las últimas semanas, me he dedicado a observar lo que me dice la gente sin hablar, lo que me dice su cuerpo y si es consecuente con sus palabras. Ejercicio interesante y necesario para mejorar las relaciones, en todos ámbitos.  Los invito a hacerlo.

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