Luego de una expedición por el Everest que culminó después de 40 días y de su arribo al Campo 4, a 8.000 metros de altura, Ligia Madrigal se convirtió en la primera mujer costarricense en llegar a ese punto y volvió más experimentada.

Madrigal regresó al país con una serie de proyectos para los próximos meses, para los cuales contará con el apoyo del BAC Credomatic. Entre sus metas está volver a intentar subir la cumbre más alta del mundo en el 2024.

En un inicio, luego de que pasó allá arriba, no estaba tan convencida. Pero luego de analizarlo, de haber tenido la experiencia y de saber cómo tratar de controlar aquello que en esta oportunidad no pude, me siento más convencida de volver a intentarlo”, adelantó.

Sus planes no terminan con el Everest; para setiembre próximo participará en el TOR Des Glaciers, una carrera de 450 kilómetros alrededor de los Alpes italianos.

Al respecto, la vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC, Laura Moreno, comentó:

Nos complace tener a Ligia Madrigal de vuelta en el país, sana, mucho más fuerte y con un cúmulo de aprendizajes tras vivir esta gran experiencia, la cual, sin duda, pone a prueba el esfuerzo físico y mental, incluso, del atleta más experimentado que desafía una montaña como el Everest. Estamos emocionados de poder apoyar a esta gran deportista en todos sus proyectos futuros”.

Lo vivido

Para Ligia, vivir una expedición en el Everest, la cambió como persona, a la vez que representó  esfuerzo y sacrificio, pero especialmente una gran satisfacción y agradecimiento:

Me siento bien; me siento diferente. Esto ha sido un gran aprendizaje. Estando allá arriba, agotada y con frío, solo podía pensar en lo afortunada que era al tener a mi familia, a mi esposo y a mi hija. Solo pensaba en ellos. Aunque esto ya lo sabía, estando allá se valora mucho más lo que es realmente importante, esa gente que te quiere, tu círculo cercano, y que no hay que permitir que otras personas te afecten. Crecí mucho como ser humano”.

Comentó que ya en el Everest se dio cuenta de que "son miles de detalles los que pueden influir en lograr o no la cumbre, muchos detalles uno los puede controlar y otros no”.

En realidad, me siento muy tranquila y satisfecha, y el entrenamiento resultó bien, fue a consciencia. Aunque son pocos kilómetros, se duraba horas en subir, por lo que terminaba extenuada, pero al día siguiente ya estaba lista para continuar". 

Madrigal reconoce que el miedo es un sentimiento con el que convivió día tras día. Aunque llegar al Campo Base se le hizo relativamente sencillo, una vez estando allí, las cosas son muy diferentes.

Si bien, el subir hasta Campo 4, a 8.000 metros de altura, fue todo un reto, mencionó que el descenso fue mucho más duro. Entre los desafíos más grandes al comenzar a bajar estuvieron el lidiar contra el cansancio acumulado y el tener que esperar a que muchos atletas descendieran para posteriormente poder hacerlo ella. Según relata, el no tener control del tiempo y el trabajo mental que requiere saber que no es posible rendirse, fueron de los aspectos más difíciles.

Moreno del BAC señaló que la deportista ha demostrado ser una mujer y atleta extraordinaria y para la entidad financiera representa un orgullo que forme parte de sus embajadores.