PANIAMOR alertó respecto a autoridades, medios y ciudadanos que utilizan un lenguaje que "reafirma los mitos que legitiman las relaciones abusivas de poder en perjuicio de las personas menores de edad".

La Fundación PANIAMOR emitió este miércoles un pronunciamiento respecto al lamentable secuestro de una bebé de 9 meses, hija de una adolescente de 13 años, quien fue arrebatada de los brazos de su madre el pasado domingo, en medio de denuncias sobre violación y un proceso para identificar al padre de la niña.

En este sentido, la organización hizo un llamado a que la sociedad costarricense como un todo, asuma "nuestra corresponsabilidad" en el cuidados de todas las personas menores de edad y en la protección de sus derechos.

Según indicó la organización por medio de un comunicado enviado a la prensa:

Nuestro país tiene un sólido y robusto marco legal para la protección y garantía de los derechos de las personas menores de edad que amplía la capacidad del Estado y sus instituciones para prevenir, identificar, denunciar, investigar y sancionar situaciones de vulneración de derechos de las personas menores de edad, como la que hoy nos preocupa. Sin embargo, este mismo hecho deja al desnudo los vacíos, las brechas y las inconsistencias, legales, institucionales o sociales y culturales, que persisten y se constituyen en trampas de vulneración, victimización y revictimización de las niñeces y las adolescencias en mayor vulnerabilidad quienes deben ser siempre las personas más protegidas en nuestra sociedad".

Para PANIAMOR "a veces pareciera que hemos avanzado poco en el cambio cultural necesario" para asegurar que este tipo de situaciones no se repitan.

Por ello alertó respecto al manejo por parte de autoridades, medios de comunicación y ciudadanos usuarios de redes sociales, quienes han utilizado un lenguaje que más bien "contribuye a reafirmar mitos y estereotipos que legitiman las relaciones abusivas de poder en perjuicio de las personas menores de edad".

No podemos dejar de señalar y lamentar el manejo por parte de algunas autoridades, medios de comunicación y personas ciudadanas vía redes sociales, en el que el lenguaje utilizado contribuye a reafirmar mitos y estereotipos que legitiman las relaciones abusivas de poder en perjuicio de las personas menores de edad y, a su vez, limita esa protección estatal efectiva a la que tienen derecho las niñas víctimas en sede administrativa y judicial. Llamamos la atención también sobre las narrativas que califican y juzgan ligeramente lo ocurrido como un 'descuido', pasando por alto la condición de vulnerabilidad de esta adolescente madre, de su bebé en particular, y de su entorno familiar y social en general".

Para PANIAMOR "estamos frente a un caso típico de violencia basada en género, donde el agresor violenta a una adolescente, por su condición de mujer y de edad, lastimándola y exponiendo a peligros a la bebé" y por ello enfatizaron en que "el embarazo y la maternidad en niñas y adolescentes sigue siendo un hecho sedimentado en la violencia de género y las desigualdades sociales", uno que esta vez además, "constituye una amenaza para la vida, la salud y el desarrollo de la niñas y adolescentes madres y de sus bebés".

La fundación finalizó recordando que la adolescente y su bebé son titulares de Derechos Humanos que requieren una protección especial debido a la edad de las víctimas, al tiempo que señaló que las violencias vividas por la adolescente madre no son hechos aislados sino que responden a múltiples vulneraciones que se producen en un contexto de desigualdad.

Por eso pidieron al Estado costarricense que implemente acciones que fortalezcan la red de apoyo de la comunidad para estos casos para evitar que otras niñas "sean víctimas de violencias similares".

Exhortamos a la comunidad costarricense en general a asumir nuestra corresponsabilidad en los cuidados de todas las personas menores de edad que habitan nuestro país y la protección de sus derechos sin discriminación alguna", finalizó PANIAMOR.

La bebé secuestrada sigue desaparecida y en búsqueda, mientras las autoridades ya arrestaron a un hombre de apellido Casasola Salas, de 33 años, que habría sido la pareja sentimental de la madre de la niña de 13 y abuela de la bebé.

La hipótesis de las autoridades judiciales, es que el hombre fue quien sustrajo a la bebé en Cervantes el pasado domingo, en un intento de evadir una prueba de paternidad que tenía sobre ella esta semana y así escapar de la investigación por violación contra la adolescente que pesa en su contra.

Luego del secuestro el hombre se habría movido hasta la zona de Pacayas, donde una vecina que le conoce afirmó que lo vio pasar en su carro a toda velocidad y con música a todo volumen, poco después del mediodía del domingo. El hombre se habría trasladado en la tarde a esta zona y por eso es ahí donde ahora continúa la búsqueda de la bebé.