Los imputados son Harry Bodaan, exdueño del hotel donde fue asesinada la doctora; el exempleado del alojamiento y bailarín Teodoro Herrera; y el administrador del lugar, Luis Carlos Miranda.
La Fiscalía de Quepos y Parrita solicitó un total de 255 años de cárcel para las tres personas acusadas del asesinato de la médico anestesióloga, María Luisa Cedeño Quesada, ocurrido en 2020.
La petición se realizó esta mañana, durante las conclusiones del juicio que se desarrolla en estos momentos en el Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial de San José.
El juicio se sigue en contra del estadounidense Harry Bodaan, exdueño del hotel Mansión Inn, ubicado en Manuel Antonio y donde fue asesinada la doctora; del exempleado del hotel y bailarín Teodoro Herrera Martínez; y del administrador del lugar, Luis Carlos Miranda Izquierdo.
Este lunes, la Fiscalía pidió 89 años de cárcel contra Herrera Martínez, al considerarlo culpable de tres delitos de violación y uno de homicidio calificado.
A esta solicitud se suman 83 años para Bodaan y otros 83 más para Miranda Izquierdo, quienes son acusados del asesinato y de haber participado como testigos de las presuntas agresiones sexuales cometidas por Herrera.
Ahora le corresponderá a la defensa exponer sus conclusiones y, posteriormente, el Tribunal deberá programar una fecha para la lectura del por tanto y de la sentencia.
"Crimen de odio por ser mujer"
Según señala la tesis de la fiscalía, el 20 de julio del 2020 María Luisa Cedeño Quesada fue violada y asesinada en el Hotel La Mansion Inn, en Manuel Antonio.
La participación de Bodaan y de Miranda en la violación no es tan clara como la de Herrera, acusado principal por este crimen, pero la fiscalía sostiene que los dos primeros fueron testigos del abuso sexual y que los tres hombres, juntos, se encargaron de ultimar a la doctora.
Según señaló el fiscal del caso, Edgar Ramírez, durante la lectura de sus conclusiones, los tres hombres “actuaron de manera conjunta, colaborándose de forma voluntaria y conscientemente” al tiempo que agregó que este fue un "crimen de odio" contra la doctora, perpetrado por el hecho de que esta fuese mujer.
Cedeño, quien se estaba hospedando el hotel, fue encontrada sin vida en su habitación luego de que presuntamente la trasladaran al baño para lavar el cuerpo, pues su cadáver apareció con el cabello húmedo, sobre el colchón de la cama, que también estaba mojado.
En la autopsia se determinó que la doctora sufrió violencia sexual y física tan fuerte, que incluso le afectaron las vértebras cervicales, provocándole la muerte.
A su vez, en su cuerpo los forenses encontraron ADN de Herrera Martínez y, dentro del zapato de Cedeño se encontró ADN de este exempleado del hotel, pues este habría pisado descalzo la sangre de la víctima.
Durante la investigación también quedó evidenciado que Cedeño se defendió con los pies y las uñas de sus manos, las cuales se le desprendieron y fueron halladas en la escena del crimen.
A su vez, y de acuerdo con un dictamen del odontólogo forense José Manuel Fernández, en el cuerpo de la víctima aparecieron mordiscos que coinciden con las mordidas de Bodaan y Miranda, y aunque los estándares de la odontología forense impiden asegurar con total certeza de que ellos fueran quienes mordieron a la doctora, la Fiscalía sostiene que esta sería la prueba de que tanto Bodaan como Miranda ayudaron a Herrera a violar a Cedeño, una tesis a la que se agrega el hecho de que los rasguños que aparecieron en el cuerpo del exempleado no son tan profundos como fue la defensa de la víctima, lo que indicaría que el exempleado no cometió la violación estando solo.