Las declaraciones del presidente de la República del 15 de febrero pasado son desafortunadas y lamentables, pero sobre todo ofensivas. Parece que el presidente se viene bajando de un barco en 1502 junto con los demás invasores españoles, pues desconoce la realidad de los Pueblos Originarios. No es de extrañar, porque los Pueblos Originarios al día de hoy seguimos siendo marginados, ninguneados y no se nos toma con la importancia debida si la cabeza del Poder Ejecutivo, un poder del Estado, nos trata de esa forma tan despreciativa y racista.

Al respecto se le olvida que antes de que las personas no indígenas llegaran a invadir, ya nosotros estábamos aquí, vivíamos aquí desde tiempos ancestrales, mucho antes de que se promulgara la Ley Indígena en 1977.

El presidente dice que hubo gente no indígena que compró tierras con títulos, planos catastrados, etc., lo cual lo ponemos en duda porque la mayoría de tierras que hoy están invadidas fueron arrebatas con violencia física, social y psicológica por estos usurpadores ¿acaso a estos usurpadores es a los que quiere el presidente premiar pagándoles e indemnizándolos?

Desde nuestra organización, el Concejo Ditsö̀ Irìria Ajkö́nu̱k Wakpa (CODIAW), nos hemos encargado de investigar estos asuntos, encontrando relatos de terror de gente nuestra que simplemente era desplazada de sus hogares, caso contrario podrían ser asesinados o encarcelados. La Ley Indígena, la reciente resolución de la Sala IV y otros instrumentos jurídicos nacionales e internacionales nos dan ese derecho sobre la tierra, pero lo cierto es que esta tierra ha sido nuestra y somos parte de ella desde mucho antes. Este derecho sobre la tierra, más que por leyes, es así por nuestra profunda relación a esta Tierra (La Niña Iriria).

El presidente dice que irá al Sur a negociar con las partes, pero erradamente a aquellos que han luchado por años por defender la tierra no los ha vuelto ni a ver. Ni siquiera los toma en cuenta, por el contrario, los llama minoritarios. Además, discriminatoriamente dice que queman casas, machetean ganado, toman tierras forzosamente y aún peor, dice que son incitados por extranjeros para realizar estas acciones (pensamiento neocolonial de que los indígenas somos manipulados), lo cual es profundamente discriminatorio y racista, tal como hacen las personas no indígenas que están usurpando nuestros territorios.

¿Será que con extranjeros se refiere a aquellas organizaciones no gubernamentales que sí han sido aliados de los Pueblos Originarios y los han acompañado en su proceso de defensa de la tierra?, lo cual el gobierno nunca ha hecho, por el contrario, se ha vuelto a través de los años en el peor enemigo de los derechos indígenas.

Para poner peor el asunto, el presidente dice que hubo dos muertes, cuando lo correcto es que hubo dos asesinatos por defender la tierra (aquel derecho legítimo que tenemos) y que es culpa de la inacción y la inoperancia del Estado que ocurrieran. No es de extrañar esta forma de ser tratados si el Estado costarricense por medio de sus poderes ha sido el mayor agresor hacia los pueblos originarios, en esta ocasión por quien dirige el Poder Ejecutivo. La violencia institucional es el pan de cada día de los Pueblos Originarios.

¿Por qué el presidente de la república primero no se dedica a desalojar a todos aquellos que no tienen derecho? Que son muchos y es lo más práctico. Solo es de ir con la Fuerza Pública y desalojar, la gran mayoría de invasores no vive dentro del territorio. En Salitre (Territorio Bribri) la gran mayoría de no indígenas no tienen ningún derecho, menos un documento de posesión de tierras, muchos de ellos están involucrados en agresiones (con causas judiciales) hacia el Pueblo Bribri. ¿No sabe el presidente que aquellos que judicializan las tierras recuperadas son los usurpadores de mala fe y con tan mala de fe lo hacen solamente para atrasar los desalojos? La mayoría de usurpadores saben que están ilegales en nuestras tierras desde hace 10 y más años, entonces ¿por qué hasta ahora sí van hasta los estrados judiciales a reclamar sus derechos?

El presidente de la república aduce erróneamente que las recuperaciones de tierra son forzosas y, además, que no deben llevarse a cabo, pero se equivoca en sus palabras. Las recuperaciones han sido el mayor acierto que hasta el día de hoy han hecho los Pueblos Originarios, gracias a eso hemos disfrutado de tierras que antes estaban usurpadas, además de maltratadas por el ganado y la tala indiscriminada de árboles.  Por medio de las recuperaciones es como hemos podido sanear nuestra tierra a través de los años, algo que ni el Poder Ejecutivo ni el Poder Judicial han hecho.

¿Recuperar lo que es nuestro es lo que llama el presidente ideologías contrarias a la mayoría de la población? Si es así, preferimos ser diferentes y no alineados a las absurdas políticas de los gobiernos de turno. Una vez más es el Estado quien obstaculiza la recuperación de tierras, el mismo Estado que desconoce a los Pueblos Originarios, el mismo Estado que condena burlescamente a los Pueblos Originarios de ejercer sus derechos.

Sa' Bribriwak tö iriria tsatkerae irir

Wes se' se̱r e' tsa̱tkeraë ke̱kraëme

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