Alguna vez en la vida tuve una conversación —de esas filosóficas que todos hemos tenido con algún amigo o amiga— con una amiga y colega de trabajo y nos preguntamos ¿qué hace que dos personas con las mismas condiciones económicas y sociales, una alcance sus sueños y la otra no? O aquellos casos donde aquel compañero que llamábamos “el verde” (concepto usado en los 90 's para referirse a alguien muy inteligente) termina trabajando para el compañero que no era para nada brillante.

Y es que estas son las lecciones duras de la vida, que nos toca aprender, justamente hace unas semanas atrás una estudiante que se sentía frustrada me decía: “profe es que contrataron a aquel compañero que le iba mal y nunca hizo el menor esfuerzo por salir bien, pero, a mi amigo que siempre dio la milla extra, le dijeron que no”

Pero ¿qué podría hacer la diferencia? Yo diría que por la experiencia que me ha dado la vida, si estás canas no son gratis, un factor importante es la determinación. Y es que cuantas veces entrevistas de trabajo, exámenes, pruebas, etc, ya están perdidos mucho antes de haberlos realizadó porque desde nuestro diálogo interno ya lo dimos por perdido, y cuando hablo del diálogo interno me refiero a esos pensamientos negativos que vienen a nuestra mente con el fin de socavar lo que estemos haciendo, por darte un ejemplo, hace algunos años decidí tomar clases de natación, cada vez que tenía que ir a clases venía a mí el mismo diálogo interno, “yo no voy a poder aprender a nadar”, “es muy difícil”, “y si me ahogo en el proceso”, “debería de hacer alguna otra cosa”. Bueno le puedo decir que estos pensamientos no solamente me pasaron cuando estaba tomando clases de natación, sino también cuando aplicaba a un puesto de trabajo nuevo, y días antes ya estaba en modo: “no creo que sea lo suficientemente inteligente”, “no soy tan capaz”, “me falta aprender todavía x,y,z… para aplicar a este puesto”, “y si la entrevista es en inglés y no entiendo lo que me preguntan”, y por supuesto pasaba lo que ya todos sabemos, no aprendí a nadar y muchas veces falle entrevistas de trabajo.

Pero te puedo decir que así como vinieron muchos pensamientos negativos en muchas ocasiones, también recuerdo momentos que estaba determinada a realizar lo que me proponía, como hace 4 años cuando compré mi bicicleta, nunca había andado en bicicleta así que me tocaba aprender, al principio no le diré que no me dio susto, pero yo estaba resuelta a que iba a andar en bicicleta, me fui para una plaza que estaba cerca de mi casa y 45 minutos después ya sabía andar en bicicleta no a nivel experto, pero, por lo menos no me caía; que quiero decirle con esto, yo estaba decidida a que iba a andar en bicicleta desde antes de comprarla, pude haberme quedado en el deseo, puede haber pensando “ya estoy muy vieja para eso, jamás lo lograré, se burlarán de mi”; pero nada de eso me importo más que mi deseo de andar en bicicleta.

Si a usted también le ha pasado lo mismo, y a veces cede antes esos pensamientos no tan agradables, aquí le doy algunos consejos que me han servido para alcanzar mis metas:

  1. Establezca la meta que deseas de manera clara.
  2. Escriba en algún lugar visible tus objetivos, y actúe como si tuviera lo que desea.
  3. Fije pequeños objetivos y póngales una fecha, por ejemplo: Voy a leer un libro en el primer trimestre del año, para esto voy a leer x cantidad de páginas por día
  4. Haga constantes revisiones de los objetivos que puso, porque es fácil olvidar nuestras metas.
  5. Festeja sus pequeños logros

No sé cuál sea el anhelo de su corazón, si sea aprender a nadar, andar en bicicleta, aprender una nueva habilidad, una nueva carrera profesional, pero sin importar cuál sea su deseo, le puedo decir que todo éxito comienza en nuestra cabeza, no importa la edad que tenga o lo que le hayan dicho, solo usted puede decidir si quiere triunfar.

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