Por Bryan Segura Berrocal - Estudiante de la Maestría de Gerencia de Proyectos

Dentro de la gestión de proyectos, existen diferentes alternativas para procesar proyectos además de las ágiles. Las metodologías ágiles si bien es cierto que gozan de gran popularidad, no en todos los casos se adaptan a lo que es necesario entregarle al cliente. La amplia gama de opciones para elegir en el momento de gestionar el proyecto hace necesario que al escoger cuál utilizar, se deba seguir una serie de pasos, entre los cuales es fundamental saber elegir el objetivo correcto. Actualmente, se quiere gestionar todo a través de metodologías ágiles, porque grandes empresas como Facebook, Amazon y Netflix las utilizan y les han dado grandes resultados, pero hay que revisar también que estas compañías tienen objetivos que trabajan en función de alcanzar esos niveles éxito y por ende las metodologías ágiles están alineadas a todo ese pensamiento.

Como gerentes de proyectos, se debería trabajar con una combinación de principios, temas y procesos adaptados a proyectos y clientes. Agile, por ejemplo, define principios; pero Prince2 da un marco de metodología que involucra temas, procesos y principios para elaborar todo un proyecto. El PMBOK y XP de PMI brindan parámetros y estándares de alguna parte del proceso (PMI, 2017), Scrum, por su parte, simplemente define un proceso (Scrum.org, 2021). Se puede decir entonces, que la mejor de todas las metodologías va a ser aquella que se adapte a lo que el cliente y el proyecto necesitan, compenetrándose con el equipo de trabajo y los recursos disponibles. Muchos de los defensores del gestionamiento ágil se basan en que al ser una serie de tareas que se conciben, ejecutan y adaptan a lo que se requiere en el momento, este ayuda al equipo a resolver improvisadamente a través de los trabajos incrementales e iterativos.

Algunas veces se puede tener el objetivo correcto, pero la ejecución es errónea. Gran parte del éxito del proyecto se debe al recurso humano con el que se cuenta (Bohlander et al., 2018), así como a sus herramientas de trabajo; en esto impacta también la metodología elegida. Cuando se olvida el porqué, es fácil dividirse; al trabajar solamente con metodologías ágiles, sin tomar en cuenta los recursos humanos, es posible que las acciones a corto plazo estén directamente en conflicto. Por lo tanto, es necesario centrarse en el objetivo que todo el grupo de trabajo comparte y tener una buena relación, comunicación y sintonía.

Finalmente, muchos prefieren desarrollar todos sus proyectos a través de metodologías ágiles, porque representan un ahorro en tiempo y recurso, ya que no van a requerir una planificación, y sobre la marcha se ejecuta y corrige, pues de hecho estas son las principales razones que la hacen tan atractiva. Con esta metodología, se tienen varios individuos e iteraciones que están por encima de procesos y herramientas, software por encima de documentación, colaboración del cliente por encima de contratos, etc., y al final la metodología ágil es un conjunto de valores y principios por seguir en el proyecto (PMI, 2017). Sin embargo, todas estas características van a funcionar solamente si el cliente sabe lo que quiere lograr, si el margen de incertidumbre es impredecible —y esto puede ser un riesgo—, si se piensa que de acuerdo con el producto final del proyecto va a ser necesario ir optimizando el proceso y si los costos podrían ser fluctuantes. Sin objetivos rígidos en el proyecto, van a darse cambios bruscos en el producto final esperado por el cliente. Adicionalmente, el tamaño del proyecto también puede tener cierto grado de influencia en el resultado con una metodología ágil.

Al final de todo este recorrido dentro del mundo metodológico en la gestión de los proyectos, queda demostrado que más allá de casarse con una sola metodología, es necesario contemplar y valorar las variables existentes y la realidad que va a enfrentar el proyecto, para lo cual se debe ser pragmático, en lugar de dogmático acerca de la metodología por utilizar. Lo importante es realizar un trabajo con calidad, que cumpla con las necesidades del cliente y que ofrezca un valor agregado.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Bohlander, G., Snell, S. y Morris, S. (2018). Administración de Recursos Humanos . (17.° ed.). Cengage Learning Editores.
  • Project Management Institute, PMI. (2017). Guía de los Fundamentos para la Dirección de Proyectos (Guía del PMBOK®) (6.° ed.). Project Management Institute Inc.
  • Scrum.org. (2021). Scrum. https://www.scrum.org