Alcanzar la equidad de género y empoderar a las mujeres es fundamental si queremos cumplir con cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU. Es apremiante reconocer y visibilizar las contribuciones de las mujeres al desarrollo, pero también definir acciones que aseguren una distribución equitativa de las cargas por trabajo doméstico y cuidados no remunerados, a la vez que aumentamos la seguridad de sus ingresos económicos y fortalecemos su empoderamiento con la participación, el apoyo financiero y el acompañamiento.

Datos de la Organización del Día del Emprendimiento de las Mujeres (WED por sus siglas en inglés), evidencian que las mujeres realizan el 66% de todo el trabajo mundial y producen el 50% de la comida, sin embargo, ellas perciben tan sólo el 10% de los ingresos globales y son dueñas únicamente del 1% de la propiedad. El 17% de las mujeres son emprendedoras y el 35% aspira contar con su emprendimiento, principalmente en países de ingresos bajos y medios (GEM).

En Costa Rica, el panorama de la participación de la mujer en emprendimientos no es diferente. El 82% de los emprendimientos de base tecnológica están liderados por varones, evidenciando una marcada brecha de género, y si buscamos el perfil de la persona emprendedora generalmente se perfila a un hombre entre los 26 y los 35 años, sin tomar en cuenta que las mujeres ganan cada vez más protagonismo como emprendedoras y jefas de hogar.

Es indudable que el efecto económico de una mayor cantidad de mujeres en el mercado remunerado tendría impactos favorables en el crecimiento económico. Las estimaciones indican que la pobreza bajaría a la mitad, sin dejar de lado los beneficios sociales y ambientales que generan estos emprendimientos.

Apoyar la equidad nos permitirá generar múltiples beneficios en áreas como el desarrollo de las capacidades de las mujeres y el fortalecimiento de sus identidades y liderazgos. Nos corresponde como nación, nombrar, visibilizar y fomentar los emprendimientos liderados por ellas, en lo rural y lo urbano, e identificar las barreras que enfrentan para emprender, trazar rutas y avanzar hacia la equidad.

La experiencia nos indica que es imperioso abrir espacios para que las mujeres puedan fortalecer sus habilidades en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) dado que esto multiplica las oportunidades de generar ingresos y aportar al desarrollo. Más en específico, se debe enfocar el trabajo y el emprendimiento en iniciativas que aceleren el desarrollo de la innovación y las tecnologías.

Dichosamente, cada vez se habilitan más puertas que generan oportunidades, algunas de ellas enfocadas en empoderar y fortalecer habilidades. Un ejemplo de alto impacto es Constelar, el primer programa de incubación enfocado en mujeres en áreas STEM del país, que ya cuenta con 22 proyectos liderados por mujeres y con una comunidad que ofrece condiciones propicias para emprender. Esta iniciativa es desarrollada por la Fundación CRUSA y la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación, en alianza con Impact Hub San José.

En el marco del Día Internacional de las Mujeres Emprendedoras, celebro a cada mujer lideresa que ha decidido emprender y marcar la diferencia en nuestro país y lanzo la invitación para que unamos esfuerzos y, en conjunto, impulsemos la transformación de nuestro país hacia una nación más próspera, sostenible e inclusiva, mediante el fortalecimiento del ecosistema emprendedor.

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