Hay tres grandes referentes del deporte mundial, no solo por sus logros en la competición, sino por su liderazgo y ejemplo de uso de sus fortalezas para lograr su mejor versión.

Michael Jordan en basquetbol, Tiger Woods en golf y Roger Federer en tenis. En diferentes momentos, en entrevistas separadas, ante preguntas sobre sus logros y el manejo de sus debilidades, conocidas por la prensa, el público y ellos mismos, la respuesta categórica de los tres, parafraseándolas, fueron: conociendo mis fortalezas, concentré todo mi esfuerzo en desarrollarlas, para usarlas al máximo, no me esforcé de la misma manera para trabajar y mejorar mis debilidades, a través del desarrollo de mis fortalezas, he logrado mis triunfos en el deporte y la vida.

La psicología positiva nos muestra un camino claro para transitarlo en pos de conocer y potenciar esas fortalezas que cada persona tiene. No son más de cuatro o quizá cinco las que realmente son fortalezas. En este enlace podrán encontrar cuestionarios muy valiosos para su vida, para ese autoconocimiento tan necesario, a fin de dejar de pasar por la vida en carrera y en piloto automático, con una mayor consciencia y gobernanza de nuestra vida.

“La verdadera tragedia de la vida no es que no tengamos suficientes fortalezas, sino que no usemos las que tenemos” Clifton y Marcus Buckingham.

Los asuntos laborales no se separan de la vida personal, es la misma persona siempre en cualquier ámbito de la vida, es por eso que este conocimiento y desarrollo de las fortalezas es muy válido como punto de apoyo para una mejor versión personal en la vida en general. Aquellos líderes que trabajan las fortalezas, propias y las de sus trabajadores, consiguen resultados muy superiores que aquellos que trabajan las debilidades.

Los líderes enfocados en ser facilitadores son los que realmente obtienen el compromiso y los mejores resultados de la gente. No por el puesto que tienen o los estudios que ostentan los convierte en buenos líderes.

Tal Ben Shahar y Angus Ridgway nos proponen, producto de sus investigaciones, que existen dos tipos de fortalezas, las de rendimiento y las de pasión, cuando ambas confluyen se obtiene el máximo potencial posible en la vida. Las de rendimiento son las cosas en las que somos buenos o que tenemos el potencial para ser realmente buenos.

Las de pasión son aquéllas que encienden una llama en nuestro interior, que nos impulsa a utilizar nuestros talentos y virtudes.

Por eso es que es tan trascendental desarrollar la curiosidad de conocer nuestras fortalezas.

El punto óptimo, o de máximo potencial, es cuando coinciden las fortalezas de rendimiento y las de pasión, es donde la opción de maximizar nuestro bienestar y enrumbarnos a la mejor versión personal toma forma para nuestro propósito de vida.

Solo imaginen si estos focos en el conocimiento y desarrollo de las fortalezas se aplican en los niños, el potencial de realmente aspirar a una cultura de bienestar más generalizada, más inclusiva y próspera que tendríamos. Los cambios culturales realmente poderosos de un pueblo suceden desde sus niños, y hoy con lo que sabemos, sería fantástico que en la educación se vayan incorporando este tipo de cambios más hacia el ser sin dejar de lado el saber.

Atrévase a ser feliz, es posible, tu mejor versión la podemos lograr, tenemos a disposición el conocimiento, lo que hace falta es la voluntad y la pasión para realmente tener una mejor calidad de vida, es posible, trabaje por ello.

Recuerde, su mejor versión =  (conocimiento + voluntad + propósito de vida)* pasión.

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