La federación de partidos "Brasil de la Esperanza" oficializó este jueves la candidatura presidencial del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), acompañado por el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido Socialista Brasileño (PSB), la fórmula que lidera todos los sondeos para las elecciones del 2 de octubre.

En el acto de este jueves en San Pablo no participaron los candidatos, ya que viajaron a un encuentro en Pernambuco. Esta es la sexta vez que Lula busca llegar a la Presidencia en su carrera política, la primera después de sus dos mandatos consecutivos, entre enero de 2003 y enero de 2011.

En estas elecciones entran por primera vez en vigor los cambios de la reforma electoral de 2017, que implica la nueva figura de las federaciones: alianzas de partidos que deben durar los cuatro años de mandato.

En una convención nacional, el PT había aprobado el miércoles la fórmula Lula-Alckmin, y este jueves lo hizo la alianza que lo respalda, integrada por el PT, el PSB, el Partido Comunista de Brasil y el Partido Verde. Asimismo, el exmandatario es la carta presidencial del frente “Vamos Juntos por Brasil”, que está integrado por los partidos de la alianza, El Partido Socialista Brasileño, Partido Socialismo y Libertad, Rede y Solidaridad.

El Tribunal Superior Electoral dio plazo hasta el 5 de agosto de este año para que los partidos realicen sus convenciones y hasta el 15 de agosto para registrar sus candidaturas ante la autoridad electoral.

El programa de Lula

El programa del frente Vamos Juntos por Brasil presentado en junio tiene como principales propuestas reformas laborales y tributarias, fortalecer las relaciones con países de la región, iniciativas para el cuidado del medio ambiente y los pueblos indígenas, frenar las privatizaciones y revertir la política del gobierno de Bolsonaro "responsable de la descomposición de las condiciones de vida de la población, la inestabilidad y los retrocesos en la producción y el consumo”.

A nivel internacional, llama a fortalecer la cooperación internacional Sur-Sur con América Latina y África, impulsada en los gobiernos del PT, y a fortalecer el Mercosur, el Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Asimismo, detallan como prioridades una reforma laboral e impulsar iniciativas sociales como "un programa Bolsa Familia renovado y ampliado". En el documento se propone “revocar el techo de gasto en el presupuesto y revisar el actual régimen tributario brasileño”. 

En este sentido, proponen la construcción de un nuevo régimen: “Pongamos de nuevo a los pobres en el presupuesto y a los superricos pagando impuestos”, indica. Para esto, también impulsa un plan de combate a la evasión fiscal y aumentar los impuestos sobre la renta a los “muy ricos”.

Las directivas presentadas por Lula llaman a cambiar los mecanismos de fijación de precios de combustibles, “eliminar la política de precios internacionalizada y dolarizada” y pasar a un modelo “que tenga en cuenta los costos nacionales y sea adecuada para expandir las inversiones”. Por otro lado, en cuanto a la producción energética, llaman a ampliar la oferta “profundizando la diversificación de la matriz, con la expansión de fuentes renovables a precios compatibles con la realidad brasileña”.