En momentos en que el país atraviesa por una serie de cambios y enfrenta a la vez retos importantes para alcanzar la estabilidad económica y social, se abre también la puerta a discusiones relativas al mundo de las pensiones y su futuro.
Hay muchos factores a considerar en ello, si queremos que este proceso llegue a buen puerto. Lo primero es no perder de vista que el centro de la discusión es el futuro de las personas, su derecho a contar con un ingreso digno cuando llegue a la edad de retiro, luego de una vida de arduo trabajo.
Hablamos necesariamente de un tema que tiene que ver con usted, con su vida dentro de pocos o bastantes años, según la edad que posea; un asunto que también tiene que ver conmigo, con todos los ciudadanos y las personas que usted quiere.
Por ello las acciones tienen necesariamente que ser encaminadas a robustecer el sistema de pensiones, considerar su solidaridad, su estado crítico, en algunos casos, y la sostenibilidad financiera en el tiempo que requiere para seguir cumpliendo su razón de ser: la protección y estabilidad de sus beneficiarios.
Todo esto, a sabiendas de que existe una realidad compleja donde nuestra población se envejece cada vez más rápidamente. Esta situación demográfica se desequilibra cada vez más cuando tomamos en cuenta que la tasa de natalidad es menor y ello nos inclina hacia una fuerza laboral solidaria más reducida que en definitiva impactará al sistema de pensiones. Hoy en día más del 40% de nuestros adultos mayores no tienen acceso a una pensión, y el pasar del tiempo hace prever que esa cifra también vaya en aumento.
El escenario complicado también suma otros temas relativos a pensiones, todos muy diferentes y que en algunos casos pasan por la Asamblea Legislativa a través de iniciativas que no necesariamente garantizan el fortalecimiento del sistema per se.
El menú es diverso: propuestas para pago de deudas con dineros del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP), ajustes en el nombramiento de las juntas directivas de los entes administradores de pensiones; se adiciona en el ámbito del Ejecutivo formas para eliminar las llamadas pensiones de lujo y en otros sectores se valora la universalización de los regímenes de pensiones.
El ojo público también se ha posado sobre las inversiones con los fondos de pensiones, una herramienta que le permite a los fondos de pensiones alcanzar opciones que multipliquen sus ingresos y por ende la sostenibilidad de los regímenes, ante las disparidades propias ya citadas inicialmente de este artículo, y que fortalecen las aportaciones que hace el Estado, patronos y trabajadores, las cuales por sí solas no logran dar la sostenibilidad requerida.
Es aquí donde se vuelve indispensable que en todo momento se tenga presente que el sentido de estos procesos más allá de asuntos de equilibrio fiscal o de populismo, debe ser el fortalecimiento de un sistema cuyo fin es garantizar el derecho a una vida digna amparada por la seguridad social de quienes llegan a la edad de retiro.
Además, en medio de una discusión sobre la conveniencia o no de las pensiones universales para quienes no han cotizado al sistema, el reto sigue siendo cómo lograr su financiamiento, sin menoscabo ni detrimento de la pensión básica del primer pilar, un logro del Estado Social de Derecho costarricense.
La administración sana y equilibrada de los fondos de pensiones es posible, JUPEMA lo ha demostrado en estos treinta años con la gestión emprendida con el Régimen de Capitalización Colectiva (RCC), el cual hoy por hoy es el fondo más importante dentro del primer pilar del sistema de pensiones.
Ante estos escenarios, consideramos que es momento de abrir una discusión pública responsable, reposada y profunda, con una visión integral que permita proteger los derechos de las personas adultas mayores bajo el esquema de gozar de un sistema de pensiones fuerte y financieramente sostenible en el tiempo. Se trata de que entre todos los actores involucrados sentemos las bases para la toma de decisiones correctas, sin tergiversaciones, sin intereses mezquinos o populistas, con una visión solidaria, legal, técnica que fortalezca al Sistema de Pensiones del país y no lo destroce.
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