Mucho se habla de liderazgo que una persona, ya sea presidente de un gobierno, de una empresa, o el jefe de un departamento o equipo pueda marcar en el logro de objetivos, y pocas veces se habla, desde el liderazgo, de la importancia que el equipo tiene en el logro de resultados.
En deporte se suele mirar más a los resultados por la labor que hacen los equipos, en cambio en las empresas u organizaciones, se suele apreciar más la labor del líder que de los equipos. ¿Quién tiene más razón o influencia en los resultados? ¡Exacto! ¡Ambos!
Como observador que soy en la distancia, español, casado con una costarricense y conociendo Costa Rica desde hace más de 25 años, me gustaría comentar en este artículo sobre la relevancia del liderazgo que el recién electo presidente de la Republica de Costa Rica puede ejercer con su equipo.
Antes quiero resaltar que no era mi favorito para gobernar un país tan bello en paisaje y personas, pero ha sido elegido, y ahora toca que demuestre que puede hacerlo bien. La primera observación que hago, es que parece haber elegido personas cualificadas, varios de ellos con experiencia en sus respectivas áreas, e independientes. Este ultimo punto lo abordaré más adelante por lo positivo, que, en principio, puede ser.
Soy consciente de que el señor Chaves ha hecho hervir la sangre a una buena parte de la población costarricense, y que será escrutado al milímetro por tanto por sus acciones como por su comportamiento. Y espero que tambien lo sea por sus resultados, quizás lo más relevante para la mayoría de un país.
Vayamos entonces al punto que aquí quiero compartir con ustedes, el liderazgo de un presidente hacia su equipo, además de hacia su país.
Quiero pensar, aunque aquí siempre habrá divergencia de opinión, que el equipo que ha formado es de un gran nivel, y por lo tanto esto da, al menos a mí, esperanza de que puedan hacerse cosas positivas, mejoras importantes y decisiones valientes.
Un buen líder debe ser fuerte, fuerte para saber escuchar, especialmente a quien sabe más que él mismo, y después de escuchar ser fuerte para tomar decisiones congruentes basada en valores y el bien común, sin dejar a las minorías fuera. Y recalco, sin dejar a minorías fuera. Ya que dejarlas, a veces es señal de debilidad porque en lugar de hacer lo correcto, hacer lo que la mayoría piensa, y no siempre lo correcto para el bienestar de la mayoría es excluir al hijo diferente, de la patria, que necesita ser defendido tambien.
Un buen líder debe ser servicial, y arremangarse las mangas de la camisa, cuando los miembros de su equipo le necesiten, debe estar ahí para ellos, si quiere que ellos le apoyen a sacar un gran proyecto. Debe ser el primero en apoyarles en la búsqueda de recursos y a dar la cara por ellos cuando se equivoquen, si ellos actúan con rectitud y el error, aunque sea impopular, ha sido un error involuntario. Y por supuesto, si fue error, debe poder ser rectificado. Lo que lleva a que un buen líder, tambien debe ser humilde para aceptar errores, y ser fuerte y valiente para poder rectificar y mostrar con acciones, no solamente con palabras, que quiere y lo va a hacer diferente, al menos intentar lo que está en su poder para intentarlo hacer mejor.
Y un buen líder debe se ágil en su liderazgo, tomando tiempo para reflexionar y así poder ser consciente de sus pensamientos y decisiones, de manera que pudiendo reflexionar pueda agilizar su evolución como líder, al tiempo que facilita la evolución de su equipo en un liderazgo ágil y servicial, mostrando sus propias fortalezas y rodeándose de gente que le complemente en áreas más bajas, donde otros puedan aportar mucho más.
Muchas veces los lideres de grandes entidades, empresas y gobiernos, se rodean de consejeros que solo les dije lo que el líder quiere escuchar. Si no invita a tener consejeros, independientes, capaces de decir las cosas que muchos otros no se atreverán, será difícil que pueda tomar buenas decisiones. Un líder ágil tiene que ser capaz de reflexionar, pero para reflexionar de manera efectiva, debe tener en cuenta que: 1) Necesita escuchar a todas las voces, incluidas con ideas disonantes a las propias, 2) debe tener un lugar y espacio libre de “ruidos” donde pueda reflexionar todo lo que escucha, inclusive su propio dialogo interno, para que de la reflexión puedan salir decisiones congruentes.
Decía mi abuelo, “El que recoge una peseta cuando puede, tendrá un duro cuando quiera”, y traducido al desarrollo de equipos y liderazgo, yo diría: “el que siembre una habilidad y cualidad personal cuando puede, tendrá un impacto positivo cuando más lo necesite” (¡o negativo si sembró malas hiervas!)
Vivimos tiempos V.U.C.A. (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) y los eventos que están pasando a nivel mundial, guerras, cambios climáticos difíciles de predecir y por ende con consecuencias nefastas para masas importantes de personas y del hábitat en que vivimos, y el desarrollo tecnología que acelera muchas cosas al tiempo de produce brechas entre parte de la población y generaciones mayores que les cuesta agarrarse a ese tren de desarrollo. Todo ello, hoy más que nunca, implica que el liderazgo debe ser también compartido. Por esto, tengo esperanza en que, viendo los perfiles del gabinete de gobierno formado, si el presidente de este equipo es capaz de compartir su liderazgo con ellos, dejándoles hacer, dejando que asuman sus propias decisiones, con responsabilidad y al mismo tiempo teniendo en cuenta que tambien ellos, en sus propias áreas, son parte de un todo, de un sistema, de un gobierno, de un país y de un planeta. Entonces, ese liderazgo compartido podrá llegar muy lejos.
Antes mencioné de la importancia que estos miembros del equipo, el gabinete de un gobierno en este caso, sean independientes. Esto es muy importante, ya que, a diferencia de un partido político muy arraigado, donde los electos para un gabinete de gobierno suelen ser gente cercana al partido, y se deben más a las directrices y obediencia del partido que al propio gobierno para el país, y sin hacer critica de sobre este punto, pues se podría hacer bien si se marcaran unas líneas claras de “independencia” dentro de un partido político, y siempre y cuando se elija por méritos profesionales, que no por méritos partidistas.
La elección en este caso, en su mayoría, de gente muy preparada y además independiente es crucial y debería ser una fortaleza del equipo del gobierno siempre que:
- Su líder les permita tomar decisiones y actuar en base a sus conocimientos.
- Su líder les apoye en áreas, donde ellos sean menos fuertes, pero su líder, personalmente o a través del equipo pueda añadir valor, en termino de reforzamiento de fortalezas
- Los miembros del equipo, además de ejercer sus conocimientos, sepan jugar en equipo. Ojo, no defiendo la defensa acérrima de acciones ilegales o inmorales de cualquier miembro, solo por jugar en equipo. Estos, los miembros del equipo deben asumir sus responsabilidades, y si lo que hicieron mal no es rectificable, entonces el equipo, si no puede aportar valor, debe igualmente prescindir de ese miembro.
- Los miembros del equipo, cuando más líderes serviciales sean, mejor para su presidente. Y no hablo de ser servicial hacia el presidente, sino de apoyarle para que sea mejor, y así el equipo sea mejor, sin tener que defenderle a toda costa.
- Aquí me gustaría resaltar la labor de dos ministras en el gobierno actual de España, dos que no han sido reemplazadas, como la mayoría del gabinete ya lo ha sido tras 3 años de gobierno. La ministra de economía Nadia Calviño y la ministra de defensa, Margarita Robles Fernández.
No digo que sean santos de mi devoción, pero si tienen mis respetos, por no siempre hacer declaraciones a favor de lo que su presidente o otros miembros del gobierno decían, mostrando convención en sus ideas y consistencia en sus acciones. Y aunque sus decisiones puedan ser cuestionadas, como así lo serán por muchos, creo que la mayoría de la gente, inclusive su presidente que optó por mantenerlas valora mucho su liderazgo congruente (dentro de la incongruencia que muchas veces vemos en política)
Termino con un comentario sobre unos versos del poeta Antonio Machado que nos recuerdan que la vida se puede tomar como un camino propio "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..., Golpe a golpe, verso a verso...” que se puede recorrer y que tiene unos obstáculos que no se pueden evitar. Lo que sí puedes es decidir cómo superar los obstáculos y como enfocar el camino hacia tus metas y, en este sentido, es bueno saber que vas acompañado.
Una vez leí que Alberto Chicote, un gran chef español, dijo:
En un viaje a Kenia le pregunté a un masái que nos acompañaba qué ocurría si aparecía un león. Él me dijo que nada porque tenia una lanza y un cuchillo. Entonces le pregunté que si yo estuviera solo qué ocurriría. Él me dijo: si estás solo estas muerto”.
Dice un proverbio chino: “Si caminas solo, irás más rápido; si caminas acompañado llegarás más lejos”.
Porque quiero a Costa Rica, aunque no aposté por Rodrigo Chaves, quiero pensar que la elección de personas tan capaces, al menos sobre el papel, que ha incorporado a su equipo, merece que, si su líder no interfiere en sus decisiones y acciones, sino que les apoya, creo que hay motivo para esperar que su gobierno pueda ofrecer buenos resultados. Y por mal que esto les pese a la mayoría de mis amigos ticos, que sé que les costará más separar sus emociones para intentar ser objetivos en sus juicios, espero que al menos no interfieran con los que sus miembros independientes y bien preparados pueden llegar hacer para el bien común.
Y recuerden, votantes y no votantes de Chaves. Él ya es el presidente, y si observan que su equipo está generando un impacto positivo, les guste o no Chaves, no sean ustedes quienes obstaculice el desarrollo de lo que a la mayoría nos ha de impactar positivamente.
Ustedes, todo el pueblo costarricense, también son líderes ejerciendo su influencia para hacer que las cosas pasen. Así que ejerzan de líderes con sus familiares, amigos, equipos, empresas y entidades para que, entre todos, se siga generando un país líder, como ya lo es en áreas como turismo ecológico, desarrollo de tecnología, etc.
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