1.

Jornada de pocos aplausos

— Ya lo hemos comentado antes: estamos todos claros en la importancia de los actos de protocolo y en la trascendencia histórica que tienen.

— Del mismo modo, estamos todos claros en que, salvo incidente mayor poco probable, el discurso de rendición de cuentas del mandatario año tras año da pie al mismo escenario.

— Es como ver un capítulo de una serie no favorita, repetido. Incluso tratándose del último, como fue el caso ayer de Carlos Alvarado Quesada, el guión es harto conocido.

— Es decir, lista de méritos y logros, alguna pedrada por aquí y alguna por allá y poca autocrítica. Esto no es exclusivo del actual presidente, lo hemos visto antes, lo veremos después.

— La reacción del Congreso, también nos la conocemos de memoria: señalar todo lo que el Ejecutivo hizo mal y subrayar tantas críticas como sea posible al discurso. Incluso tratándose de un Gobierno que va de salida. Incluso tratándose de una administración que, como cualquier otra, tuvo marcadas ...