La democracia costarricense otra vez nos regaló un ejercicio de alternancia del poder, precedida por mecanismos electorales planificados, ordenados, transparentes y libres. Así, superamos unas elecciones presidenciales, con segunda ronda incluida, donde algunas personas perdimos y otras ganaron, pero, sin lugar a duda, Costa Rica fue la más favorecida; no por el candidato ganador, sino porque su sistema democrático, de libertades y Derechos Humanos (DDHH) nuevamente funcionó de la mejor manera para elegir a las autoridades nacionales que gobernarán en los próximos cuatro años.

En esta campaña el tema de los DDHH no fue el central en la mayoría de los espacios de discusión, publicidad, estrategias políticas o Planes de Gobierno; al menos, no como en la campaña del 2018. Sin embargo, el próximo Gobierno, a pesar de sus posicionamientos ideológicos y pragmáticos, deberá tomar una decisión relevante: trabajará en la promoción y defensa de los DDHH (que son inherentes a las personas e inviolables) o será un detractor de ellos y, por consiguiente, de la dignidad, libertad e igualdad humanas.

En el marco de la anterior disyuntiva, como uno de los integrantes del equipo técnico que desarrolló el capítulo de DDHH del Plan de Gobierno de don José María Figueres Olsen, pero sobre todo, como profesor universitario, activista y charlista sobre DDHH, así como abogado, como costarricense y como humano, me siento en la obligación de hacer un respetuoso llamado al señor presidente Electo, Rodrigo Chaves Robles, para que tome la mejor de las decisiones: ponga en el centro de las políticas públicas y de su gestión a las personas y sea un ferviente defensor y promotor de los DDHH en su gobierno.

Don Rodrigo, en campaña me tomé el tiempo de revisar los planes de gobierno y en el suyo no se desarrolló un capítulo en esta materia. Sin embargo, otras propuestas sí lo desarrollamos, por lo que le recomiendo que los revise y los tome como suyos. Como usted mencionó en su discurso posterior a su victoria, hoy las banderas partidarias se guardan y se alzan las de Costa Rica, por lo que no importa de dónde vienen las propuestas buenas.

El capítulo de DDHH de la propuesta del PLN fue desarrollada de forma estudiosa, académica, investigativa e integral, pero también con visión política, lo cual nos llevó a plantear acciones estructurales y no sólo medidas aisladas y/o populistas, como fue en otros casos. Este capítulo es robusto, amplio, profesional y nacido de las poblaciones que de él se beneficiarían. Se parte de la creación de un Sistema Nacional de Derechos Humanos, el reforzamiento de la normativa en la materia, la mejora de los mecanismos de cumplimiento de las obligaciones internacionales adquiridas por Tratados Internacionales de Derechos Humanos y la introducción y uso de la tecnología para la defensa y promoción de estos derechos básicos. Asimismo, el planteamiento desarrolla acciones afirmativas para las personas con discapacidad, población afro, personas adultas mayores, pueblos indígenas, población LGTBIQ+, personas privadas de libertad y población en situación de calle, entre otras, que se siguieron construyendo en el proceso democrático de la vía costarricense hacia el bienvivir que planteamos. No se trata de acciones puestas a mano alzada, sino de acciones estratégicas que serían un parteaguas para Costa Rica, donde garantizaría de mejor manera la promoción y defensa de los DDHH, incluso destacando a nivel mundial, pues muchas de las acciones no existen en ningún otro país.

Señor presidente electo, de la manera más respetuosa, le invito a darle la mano a los DDHH como un eje transversal de su gestión para la mejora de la calidad de vida de todas las personas habitantes de nuestro país.

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