1.
¡Con las manos limpias!
— Si usted piensa recordar a doña Ivonne Acuña Cabrera como una de las peores herencias de la actual Asamblea Legislativa su cerebro está siendo víctima de un profundo ataque de inocencia y de un comprensible brote de oportunismo. Acuña no es “excepcional” ni mucho menos. Al contrario: es solo una pieza más que ordinaria de la democracia de las razones débiles y los paisajes ocultos que tan bien ha descrito el Dr. Manuel Solís Avendaño.
— La diferencia entre ella y muuuuuucha gente en posiciones similares es que doña Ivonne activó el modo #¡PortaMí! antes de tiempo y por todo lo alto. A ver, que la diputada tuvo la prudencia de un elefante extasiado atravesando una cristalería. ¿Por qué? Muy probablemente porque podía darse ese lujo.
— Si actuó como alguien que no necesita ni hacer el esfuerzo de guardar las apariencias es porque probablemente no tiene por qué hacerlo. Mientras otras y otros andan de cólico en cólico repasando la agendilla de teléfonos todo ...