Los habitantes de playa tuvieron que idear formas para afrontar los efectos que ha tenido la pandemia en la industria del turismo y otros sectores. Muchas personas quedaron desempleadas, o sus condiciones de trabajo cambiaron a tal punto que se vieron obligados a buscar otras opciones para obtener ingresos económicos.
En la búsqueda de alternativas para vender sus productos y ayudar a la comunidad, Beatriz Jirón, Teresita Poliak y Lucía Mahlich crearon un grupo de Facebook llamado “Economía Circular Local” en donde personas de Sámara y sus alrededores vendían e intercambiaban productos.
Al ver la necesidad de tantos habitantes de comercializar diferentes bienes y servicios, se dieron cuenta del potencial de una feria del agricultor en el pueblo.
En mayo del 2020, Nicoya fue declarado el primer cantón con economía social del país. Teniendo este objetivo en mente, las organizadoras aseguran que la Municipalidad de Nicoya les brindó mucho apoyo y acompañamiento durante todo el proceso para establecer la Feria de Sámara.
Lucía Mahlich, organizadora de la feria comentó:
La Feria Sámara se basa mucho en lo que es la economía social solidaria. Básicamente esto es una propuesta que hemos venido trabajando desde hace muchos años en Costa Rica. Son formas de economía a pequeña escala, en donde es importante no sólo la parte económica sino también la social y ambiental”.
Así, en setiembre de 2020 inició la Feria de Sámara con 21 familias vendedoras. Para octubre del 2021 ya participaban 48 familias fijas y otros 30 vendedores itinerantes. Entre ellos samareños, costarricenses que han migrado de otros sectores del país y extranjeros que han encontrado su hogar en este pueblo. Esta mezcla de personas convierte a la feria en un centro de intercambio no sólo económico sino también cultural.
La Feria de Sámara ha sido de gran apoyo para muchas familias que encontraron una forma de generar ingresos en tiempos de pandemia.
“Yo trabajaba en una empresa y cerró la empresa y ya nos tuvimos que dedicar de lleno a la venta de fresas”, comentó el vendedor Óscar Gómez. “Gracias a la Feria de Sámara duplicamos las ventas”, aseguró.
Incluso hay varios puestos que mantienen a más de un hogar, como la Cuchara Familiar que da apoyo económico a tres familias.
Otro aspecto que resaltan las organizadoras es la relación tan cercana que se ha creado entre los vendedores. “Al final de la feria, si le sobró producto a uno y a otro, hacen trueque. Y si le pasa algo a alguno, todos en ese núcleo de amistad responden a esa necesidad y ayudan a esas personas”, aseguró Beatriz Jirón.
Desde 2017 Lucía Mahlich, Beatriz Jirón y otros miembros de la Asociación Sámara Viva han creado áreas de intercambio cultural en el pueblo. Su objetivo es crear más espacios como la feria y poder aumentar la oferta cultural en Sámara. Y, eventualmente, atraer también turismo cultural.