El artículo “Epitafio” de la profesora Vella Govaere justifica su posición electoral anti-PAC por tres “pifias” del PAC , entres cuales menciona el caso del aguacate, en el cual se me ha involucrado, como una “medida proteccionista absurda, que castigó al consumidor más pobre haciendo de su consumo un lujo y, de paso, destruyendo el buen nombre del país, pendiente de una sanción internacional que pagaremos todos”. Esta frase contiene tres errores. Primero, no fue una medida proteccionista, sino una medida fitosanitaria ante una enfermedad del aguacate que está en México en alta prevalencia y que en Costa Rica no ha sido encontrada, a pesar de varios muestreos hechos por el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) en las distintas regiones productoras de aguacate de Costa Rica. De acuerdo con la literatura científica, el “sunblotch” o “mancha de sol” del aguacate, enfermedad causada por un viroide, reduce la productividad en un 70% en los árboles enfermos, se transmite por semilla, puede venir semilla contaminada en frutos sin síntomas, y no tiene cura. Resumiendo, fue una medida técnica, dictada por un ente técnico, el SFE, con base en conocimiento científico, no una “medida proteccionista absurda”. Pifia número uno de la profesora. Por otra parte, en ningún momento medió una solicitud o intromisión política de mi parte como ministro de Agricultura y Ganadería en esta resolución. Pero hoy, como doctor en fitopatología, le puedo asegurar a la profesora Govaere que los criterios técnicos que sustentaron la medida eran correctos.

En segundo lugar, el aumento en el precio del aguacate después de impuesta la medida técnica, no se debió a ella. Los precios mundiales del aguacate, del 2015 para acá, aumentaron. El precio del aguacate mexicano era similar al de otros países. Le recomiendo a doña Vella la página web Agronometrics para verificarlo. Además, seguimos importando aguacate de Chile y Perú (lo cual contradice el absurdo argumento de supuesto “proteccionismo”). Pero no solo aumentó el precio internacional, sino que, en los meses posteriores a la medida, el margen de intermediación entre el precio de importación y el precio mayorista en CENADA pasó de 40% a 77%, casi se duplicó. Estos datos, fácilmente disponibles, indican que los importadores de aguacate obtuvieron mayores ganancias, lo cual sí que “castigó al consumidor más pobre haciendo de su consumo un lujo”. Como anécdota, recomiendo leer el artículo “No guacamole for Mr. Landau”, de un medio mexicano en línea, en el cual el embajador de los Estados Unidos en México protesta porque en un supermercado en Washington se vendía aguacate Hass a $2 cada uno, lo cual equivale a $8 el kilo, un precio muy similar al de Costa Rica. Otra pifia de la profesora.

Finalmente, doña Vella se inventa una supuesta “sanción internacional que pagaremos todos”. Le aclaro que la OMC no ha dictado resolución final en este caso, a pesar de lo dicho por un señor que quiso ser representante de Costa Rica en la OCDE y no lo nombraron. Claro, hay  personas que están deseando que México gane esa disputa, por motivos politiqueros o comerciales. Pero aún en ese caso, no existe una sanción al país. Simplemente se levanta la medida. Analizando lo que ha sucedido en otros países, estimamos que estos siete años de restricción fitosanitaria permitirán que nuestros pequeños productores de aguacate dejen de perder aproximadamente ₡2000 millones por efecto de la enfermedad.

Es bueno basar nuestras preferencias electorales en hechos, no en inexactitudes como las mencionadas. En este caso quien pifió fue la catedrática. Uno se pregunta si no habrá pifiado también en los otros dos casos que menciona en su artículo, pues no parece muy adepta a verificar sus fuentes antes de escribir.

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