En un momento crucial en el que nuestro país debe superar la pesadilla de la crisis y sumergirse en la esperanza de la Costa Rica soñada, la Fundación CRUSA decidió transformarse e invitar a los distintos actores sociales a construir con ingenio y atrevimiento las bases sobre las que descansará nuestro futuro.
Soñamos con una nación próspera, sostenible e inclusiva, por lo que pretendemos hacer de Costa Rica una comunidad que visualiza y labra las realizaciones concretas de nuestros más profundos anhelos compartidos.
Por esta razón, a lo largo de los próximos cinco años concentraremos nuestra acción en cinco pilares: ecosistema emprendedor, desarrollo y transformación productiva, talento humano, descarbonización y reducción de emisiones, y tecnologías sostenibles.
Con este enfoque buscaremos contribuir a incrementar la productividad de nuestra economía para estimular el crecimiento de calidad que necesitamos y que nos permitirá ser más resilientes frente a las crisis sistémicas del mañana.
Destinaremos al menos $20 millones de recursos propios al despliegue de esta estrategia y buscaremos activamente atraer contribuciones adicionales para incrementar nuestro impacto.
Invitamos desde ya a todas las organizaciones públicas o privadas inspiradas por el mismo propósito a ser parte de la comunidad CRUSA y estructurar juntos las soluciones del futuro.
Como parte de este esfuerzo tendiente a lograr un nuevo despertar del enorme potencial costarricense, estrecharemos lazos con actores innovadores, rigurosos en la conducción operativa de sus emprendimientos y que tienen las ideas y capacidades transformadoras alrededor de los pilares de la estrategia CRUSA 22-27.
Nuestra invitación a ser parte de esta comunidad está abierta en el sitio comunidad.crusa.cr, donde además brindamos más detalles de nuestra estrategia.
De ello pueden dar fe organizaciones de diferente naturaleza, tales como fondos de inversión de impacto, entidades científicas, empresas, organizaciones sin fines de lucro y entidades públicas con las que hemos catalizado importantes transformaciones.
Soñar no es solo divagar entre ilusiones inconexas, es anhelar con ambición y persistencia. Nuestra capacidad de tejer sueños compartidos nos trajo a la convicción de que somos un país pequeño que puede cambiar el mundo.
Lejos de dormirnos en los laureles del pasado o sufrir pesadillas en el lecho del presente, renovemos con optimismo y atrevimiento nuestro compromiso con la Costa Rica soñada.
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