Por Daniela Cordero Espinoza - Estudiante de la carrera de Psicología
Estando joven, ¿alguna vez se ha preguntado cómo será su vida en el futuro, cuando sea un adulto mayor? Creo que es una pregunta que pocas veces nos hacemos, ya que vemos muy de lejos ese momento y, para ser honestos, no es una preocupación cuando nos encontramos en la etapa de la juventud. Como bien sabemos, la adultez mayor empieza a la edad de 60 años y esta culmina en el momento que la persona fallece. Esta etapa se caracteriza principalmente por que se experimentan diversos cambios en todas las áreas funcionales de un ser humano, cambios que se dan a nivel biológico y psicológico. En esta etapa, la persona pasa por un proceso de reflexión en el que empieza a hacer una evaluación de su vida como un conjunto, empieza a sobresalir el temor de perder familiares cercanos, la jubilación, la inclusión social y su disminución, falta de actividades físico- recreativas, etc.
Lo cierto es que la mayoría de los seres humanos tendrán que pasar por esta etapa del desarrollo, y es vital darle calidad de vida a los adultos mayores e ir forjando esos valores como sociedad para que todas las personas en su momento tengan la oportunidad de tener una vejez digna. Esta población ha ido en aumento, ya que la esperanza de vida a su vez también ha aumentado, por lo que hoy en día los avances en la medicina han contribuido de gran manera en el control de enfermedades infecciosas ampliando la cobertura en los sistemas de salud. Por tanto, se puede hablar de “envejecimiento saludable y activo” que dichosamente engloba componentes como duración de la vida, salud biológica, eficacia cognitiva, competencia social y productividad, control personal y satisfacción en la vida (Uribe et al., 2010).
Sin embargo, es muy importante conocer el bienestar psicológico, no solo biológico del adulto mayor, principalmente en los últimos años de vida, los cuales son muy difíciles para esta población porque esta etapa está especialmente caracterizada por pérdidas, amenazas y la adaptación a nuevos estados a nivel físico y psicológico, por lo que estos acontecimientos pueden eventualmente limitar la vida de estas personas. Sin embargo, a pesar de todos estos cambios, los adultos mayores logran adaptarse con éxito a esta nueva etapa de la vida, y a replantearse nuevos objetivos de vida que disminuyen en gran medida la frustración que se puede sentir inicialmente (Ortiz y Castro, 2009).
Parte de darle calidad de vida a los adultos mayores es desarrollar estrategias psicológicas para su bienestar, como por ejemplo intervenciones psicológicas que estén dirigidas especialmente a esta población. Estos programas son necesarios y además han mostrado su efectividad, ya que utilizar este tipo de herramientas ayuda a hacer frente a los problemas de comportamiento y psicológicos de los adultos mayores. El diseño de estas intervenciones no solo debe tomar en cuenta al adulto mayor per se, sino que también se debe involucrar todo el contexto que rodea a la persona y los que están relacionados con él, su entorno social, familiar, los profesionales encargados del adulto mayor, etc. (Aranibar, 2001).
Como sociedad, es vital darle la importancia que esta población vulnerable merece, e inculcar los valores de cuido y de respeto. Ciertamente en la actualidad hay muchos avances que permiten que los adultos mayores tengan una mejor calidad de vida, en especial a nivel biológico, pero el avance debe ser integral, y se deben llevar a cabo estrategias que ayuden y que promuevan la salud mental. Vemos muchas instituciones que ayudan a esta población porque hay muchos en situación de abandono y es importante recalcar que, en esta etapa de la vida, los seres humanos experimentan sentimientos y emociones desconocidas. Es preciso normalizar que es una etapa de la vida en la que las personas vamos a necesitar todo el apoyo de nuestro entorno para sobrellevarla de la mejor manera teniendo una vejez tranquila y digna como todos los merecen.
