Por Mariana Amaya V. – Estudiante de la carrera de Publicidad

Hasta hace unos años la utilización de la tecnología en la enseñanza era en realidad escasa; sin embargo, la incorporación de nuevas tecnologías en las actividades cotidianas de la población, como el estudio escolar, universitario o cualquier estilo de aprendizaje que se desee adquirir ha tomado cada vez más fuerza. Debido a esta realidad, la virtualidad se ha tenido que acoplar a los distintos ámbitos sociales, culturales, económicos y, por supuesto, lo que se mencionaba anteriormente, a la educación a escala global.

Potenciar estas tecnologías ha marcado un enorme progreso en relación con una amplia gama de posibilidades que ha traído la virtualización de las clases; no obstante, existe un enorme reto que se ha hecho evidente con su llegada, pues se sabe que involucra un importante desarrollo de competencias individuales, autonomía, curiosidad intelectual y sentido crítico. Si bien el fenómeno de la virtualidad ha estado presente desde hace ya varios años, hoy no solo es visto como una herramienta, sino como una necesidad frente a la realidad mundial de la pandemia por el COVID-19. Aquí surge la pregunta de si estos cambios han sido realmente ventajosos o si han contado con más aspectos desfavorables para las personas.

El 11 de marzo del 2020 se declaró́ la cuarentena obligatoria frente a la situación de pandemia mundial, una problemática que ha traído enormes cambios y costes económicos y sociales; la educación no escapa esta realidad. El aumento de personas que utilizan la virtualidad para continuar sus estudios fue significativo, por lo que esta metodología se tuvo que impregnar en el estilo de vida de miles de estudiantes acostumbrados a la presencialidad. Las distintas plataformas donde se imparten las lecciones y la compleja labor de los docentes han permitido que existan facilidades de enseñanza y aprendizaje. Dentro de estas se puede mencionar el rompimiento de la rigidez en cuanto a los horarios, una mejor distribución del tiempo de estudio, la comodidad de no transportarse y, además, combinar otras ocupaciones del estilo de vida, lo cual ha dado una gran cantidad de oportunidades para mejorar en el ámbito de la educación.

Sin embargo, no todo ha sido positivo: existen también algunos retos o dificultades en la implementación del aprendizaje virtual; por ejemplo, la desmotivación y frustración de los estudiantes, la sobrecarga de asignaciones, problemas de conexión a internet o incluso la poca concentración en las clases virtuales por estar en un ambiente de comodidad. A pesar de esta situación, se considera de suma importancia que los estudiantes se encuentren dispuesto a continuar de la mejor manera posible. Segura y Espinoza (2011) comentan lo siguiente: el aprendizaje significativo supone cuestionamiento y requiere la implicación personal de quien aprende, es decir, una actitud reflexiva hacia el proceso y el objeto de aprendizaje tendente a que el discente se pregunte qué quiere aprender, por qué, y para qué aprenderlo significativamente.

La virtualización en la enseñanza se ha convertido en una realidad para todos; tomando en cuenta sus aspectos favorables como dificultades, ha sido realmente útil. A pesar de los retos presentes, es de esperar que el individuo refuerce sus conocimientos durante el proceso, que cuente con disposición para aprender en un entorno virtual y, además, que busque expandir sus conocimientos y vincule el aprendizaje con el entorno virtual y real para una construcción constante. Después de todo, como lo comenta Nieto (2012):

De lo que sí estamos seguros es que internet, de la mano de la virtualidad de la educación ha sido, como lo fue la radio, la televisión, el cine, el teletipo, el fax, la computadora personal, y un cumulo de innumerables avances técnicos y tecnológicos, un cambio paradigmático. Cambio cuyo paradigma estará centrado más en la creatividad, la innovación, las estrategias, metodologías, conductas y comportamientos tanto de los que enseñamos como de los que aprendemos.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Nieto, R. (2012). Educación virtual o virtualidad de la educación. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/869/86926976007.pdf
• Segura, C. y Espinoza, B. (2011). La virtualidad en los procesos educativos: reflexiones teóricas sobre su implementación. Recuperado de https://www.scielo.sa.cr/pdf/tem/v28n1/0379- 3982-tem-28-01-00121.pdf