Por Valery Alfaro Ulate - Estudiante de la carrera de Derecho

Un día despertamos y todo cambio; en Disney se apagó la magia, la Muralla China en realidad no era tan fuerte, ahora Nueva York sí duerme y ningún camino quiere conducir a Roma. Un virus se corona como dueño del mundo y nos dimos cuenta de lo frágiles que podemos llegar a ser los humanos. No nos hemos dado cuenta de si el daño fue a propósito o irresponsabilidad de nosotros mismos, pero la amenaza está ahí, cada día al asecho. Los abrazos tuvieron que convertirse en un arma mortal para comenzar a valorarlos, los aviones ya no alzan el vuelo de viajeros y ahora cargan enfermos; quisimos pensar que solo afectaba a los adultos mayores, como si algún día no fuéramos a llegar a esa edad.

Nuestro país tuvo que implementar una serie de medidas frente a la emergencia nacional que nos dejó con las manos en alto y paralizó el comercio del mundo entero. ¿Cómo algo que no podemos ver causa tanto daño? ¿Qué pasó con los trabajadores si los ingresos de las empresas disminuyeron? Para solucionar este problema, en medio de los retos del sector salud, la única solución que podía implementar el gobierno era una autorización de reducción de la jornada de trabajo ante la declaratoria de emergencia nacional. Este decreto legislativo Nº 9832 tiene como objetivo autorizar a los patronos a reducir la jornada laboral pactada entre las partes para de este modo preservar el empleo de las personas trabajadoras, pero esta situación solo aplica cuando los ingresos brutos de la empresa se vean afectados a razón de la declaratoria de emergencia nacional. Todo lo anterior de conformidad con la Ley 8488.

¿Qué se entiende por afectación? Se entenderá como afectación en los ingresos brutos de la persona empleadora cuando estos se vean reducidos, como consecuencia de la emergencia, en al menos un veinte por ciento (20%), en relación con el mismo mes del año anterior. En caso de empresas con menos de un año de fundación, deberán demostrar dicha reducción de sus ingresos brutos a partir del promedio de los últimos tres meses previos a la declaratoria de emergencia nacional. Esta fue una solución muy certera y eficiente por parte del gobierno gracias a 47 diputados que tomaron una decisión rápida y crearon una salida de emergencia para la crisis. De todos modos no andábamos muy bien previo a la emergencia nacional, pero esto sí tuvo una salida certera.

Los patronos pueden tomar la decisión sin la opinión de los empleados; por otro lado, se exponen a multas de hasta diez millones de colones si abusan de la figura, la reducción tendrá un tope máximo de 75%. Se toma en cuenta que las leyes se crean pensando en la buena fe de los patronos, como es el caso de la empresa del Ángel, que siempre ha sido pilar para sus empleados y para la comunidad de Vara Blanca en general. Sin embargo, esta ley se puede tergiversar y ser aprovechada por patronos que carecen de conciencia social y que buscan cualquier portillo de la ley para evadir sus responsabilidades y afectar, en este caso, a empleados con muchos años de laborar, llevándolos hasta el punto de renunciar sin derechos patronales para poder buscar mejores condiciones de trabajo.

Debemos ser conscientes de que muchos países no tomaron las medidas necesarias a tiempo, pero nuestro manejo es digno de admirar y estar agradecidos por haber nacido en este pedacito de tierra. Aunque somos poquitos, logramos crear planes para solventar las necesidades de todos. Esta es una lucha de todos los ciudadanos no solo del gobierno.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.