El ministro de Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, ha anunciado este viernes que el país ha iniciado de forma oficial el proceso de salida de la Organización de Estados Americanos (OEA) ante lo que el Gobierno considera "continuas muestras de injerencia" en los asuntos internos del país.
El jefe de la diplomacia nicaragüense ha confirmado que, siguiendo las instrucciones del presidente, Daniel Ortega, ha procedido a presentar al secretario de la organización, Luis Almagro, una denuncia por "intromisión" en los asuntos internos y el consiguiente deseo del país de "abandonar la entidad".
"Nicaragua defiende la independencia, soberanía y autodeterminación del pueblo, en respeto a su ordenamiento jurídico interno y los dictámenes mundiales", ha señalado Moncada, que ha indicado que "frente a las acciones violatorias de la OEA y Estados Unidos, manifestamos nuestra renuncia a esa organización, instrumentalizada bajo intereses del país norteño".
Así, ha trasladado que la decisión ha sido tomada después de que la Asamblea Nacional denunciara la Carta de la OEA y ha matizado que el "pueblo y Gobierno de Nicaragua renuncia a formar parte de esta organización cautiva de Washington".
Este jueves, el Tribunal Supremo de Justicia de Nicaragua pidió a Ortega que iniciara el proceso de retirada de la OEA mediante la denuncia de la Carta del organismo, sumándose así a la petición del Parlamento.
Previamente, la Asamblea Nacional había el artículo 143 de la Carta Democrática, en la que se estipula que esta "podrá ser denunciada por cualquiera de los Estados miembro, mediante comunicación escrita a la Secretaría General, la cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denuncia que reciba". "Transcurridos dos años a partir de la fecha en la que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presente carta cesará en sus efectos respecto del estado denunciante", recoge el documento.
Después de los comicios celebrados el pasado domingo 7 de noviembre, entre acusaciones de fraude y críticas por la represión del Gobierno a la oposición y críticos, la OEA aprobó una resolución en la que declaraba "ilegítimas" las elecciones, llamando a una "evaluación colectiva inmediata" con el fin de "tomar las acciones apropiadas" respecto a Nicaragua.
Según la resolución, las elecciones presidenciales del domingo en Nicaragua "no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática". El documento afirma además que las autoridades de Nicaragua han ignorado todas las recomendaciones de la organización.