Un bebé debe ser gestado no solo físicamente, sino también desde la psique. Sin embargo, en dos o tres de cada mil embarazos puede presentarse el trastorno conocido como “negación del embarazo”, o sea, cuando la mujer no sabe que está embarazada, lo que es diferente de la ocultación del embarazo.
Muchas de ellas se enteran cuando el embarazo está avanzado, y algunas hasta que inicia el parto. Ni ellas ni sus familiares notan cambios físicos durante el embarazo; continúan con sus anticonceptivos orales y presentan manchado, o son mujeres con amenorreas largas (por trastornos hormonales o que consideraban que se trataba de la menopausia). Puede suceder incluso a mujeres que han tenido embarazos previos, pero que, en este caso, no percibieron las señales del embarazo o movimientos fetales.
Es tal la confusión y el estado disociativo durante el parto que pueden no recordar lo sucedido, y su mayor riesgo es el neonaticidio (no con intención, sino porque no se le da la atención necesaria, por estar la madre en estado de shock); lo que puede traerles consecuencias legales.
Esto podría explicar lo sucedido en mayo del 2016, cuando una mujer parió en un baño de un banco a un bebé prematuro (de unas 28-32 semanas de gestación) y se fue, dejando ahí a su hijo con vida. Los juicios inmediatos en redes sociales no se hicieron esperar, a pesar como siempre, de carecer de contexto.
Esta madre fue acusada del delito de tentativa de homicidio. Pero hay mucha historia que no circuló en los medios de comunicación.
El caso llegó a juicio a inicios de este año, y la madre fue hallada culpable en febrero, por lo que se le condenó a seis años de prisión, sustituibles por arresto domiciliario. Sin embargo, la abogada apeló y el recurso fue aceptado. Durante la apelación, se permitió que la psiquiatra perinatal, Ibone Olza, directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, fungiera como perito experto, testificando desde España.
La Dra. Olza consideró que se trató de un Trastorno Disociativo especificado en contexto de negación del embarazo.
La madre al presentar un fuerte dolor abdominal fue al hospital, donde fue diagnosticada por una “infección abdominal no especificada, con la presencia de una masa intraabdominal”, le dieron medicamentos y le dieron el alta. Ella le solicita a una tía que la recoja y la lleve a otro hospital. En el trayecto siente necesidad de ir al baño, se detienen en un centro comercial, da a luz en un baño y al regresar al vehículo se duerme y es llevada a su casa.
Del peritaje realizado por la Dra. Olza se desprende que esta madre no solo sufrió violencia obstétrica, sino que fue señalada por la sociedad y considerada culpable de los hechos que sucedieron cuando se encontraba en un estado de alteración de la conciencia, sumado a que se trató de un parto precipitado, prematuro, sin asistencia ni médica ni de ningún otro tipo.
El bebé sobrevivió, y esta madre, según la evaluación realizada, se encuentra muy unida a su hijo, y no desea separarse de él. A veces el inicio de una relación madre-hijo no es ideal o sencilla, pero esto no implica que no puedan llegar a vincularse y tener una relación sana. Y para el resto, la moraleja es: aprendamos a entender y no juzgar.
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