La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anunció este miércoles el reinicio de su estrategia de desescalada de las camas destinadas a la atención de pacientes COVID-19, con el fin de recuperar los servicios de otras patologías.
En conferencia de prensa, el doctor Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la Seguridad Social explicó que será un proceso paulatino ejecutado por fases, permitido por las condiciones epidemiológicas de la pandemia, con una caída sostenida de los casos nuevos, menos demanda de hospitalización y reducción de los fallecimientos por esta enfermedad.
La inmunización contra COVID-19 va por buen camino y se está cada vez más cerca de la meta del 87% de cobertura colectiva. Igualmente existe la necesidad de recuperar servicios ordinarios en todos los hospitales.
Según los datos de la Caja, entre el 27 de abril y la primera semana de octubre se alcanzaron niveles muy altos de ocupación de camas UCI, por encima de la meta óptima: 528 camas el 25 de mayo y 490 camas el 15 de setiembre. Mientras que en camas salón “se llegó a utilizar hasta la última cama disponible”, el 25 de mayo con 911 personas y 889 el 28 de setiembre.
Ese panorama, sin embargo, ya cambió: "Ahora estamos en un momento en que la pandemia nos permite trabajar en un escenario ordinario en el que podemos desescalar camas destinadas a COVID, y que se pueda dar una coexistencia de la atención de pacientes COVID y otras patologías", dijo Macaya.
La Junta Directiva de la institución aprobó el pasado 11 de noviembre el plan para reducir la cifra de camas destinadas a pacientes COVID-19 y rehabilitar la prestación de otros servicios de salud.
La primera fase consiste en que cada red hospitalaria se organice de manera que pueda atender las necesidades de su población en cuanto a casos COVID-19, de manera que le sea posible la recuperación paulatina de sus servicios que se han visto afectados debido a la pandemia. En esta etapa está incluida la propuesta de cierre técnico del Centro Especializado de Atención de Pacientes con COVID-19 (Ceaco), para que retome su recuperación de servicios de hospitalización y la recuperación de pacientes post-COVID.
La segunda fase consiste en la reducción de camas en hospitales periféricos, mediante la concentración de casos en centros de salud estratégicos, con el propósito de eficientizar los recursos y maximizar la recuperación de servicios hasta donde las condiciones epidemiológicas y la demanda de camas lo permita. Esos centros estratégicos serían, para la región Brunca, el Hospital Dr. Tomás Casas; para la región Chorotega, el Hospital La Anexión; para la región Huetar Atlántica, el Hospital de Guápiles; y para la región Central Norte y Central Sur, el Hospital Nacional Psiquiátrico.
En el caso del Hospital Nacional Psiquiátrico, la Caja planteó readecuar la oferta de camas COVID-19 para habilitar el servicio de salud mental, cerrando para ello dos módulos y de manera que la cantidad de camas disponibles sea de 76 camas leves y 10 moderadas.
En la tercera fase se reducirán las camas en los hospitales regionales, realizando un cierre técnico del Hospital Nacional Psiquiátrico, ya que toda la demanda de atención COVID-19 se puede sostener dentro de la labor ordinaria de la prestación de servicios de todos los hospitales del país. Esto supone el escenario ideal de que el comportamiento de la pandemia seguirá a la baja y que el virus se volverá endémico.
En esta fase también se reorganizarán las camas de hospitales nacionales para mantener un equilibrio de la cantidad de camas COVID de los hospitales regionales y nacionales, con la recuperación de los servicios de acuerdo con la complejidad de cada uno de los niveles.
Finalmente, en la cuarta fase, se reducirán las camas en hospitales nacionales al concentrar los casos residuales de cuidados intensivos en el Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia y por ende el inicio de su desescalada total, de manera que los casos se manejen en los centros hospitalarios de manera ordinaria.
El plan contiene además otras cuatro fases en caso de que la pandemia repunte en el país: la primera es ampliar de nuevo la oferta de camas para pacientes COVID-19 y organizarse regionalmente para atender los casos; la segunda, abrir camas en hospitales nacionales, siendo el primero el Calderón Guardia; la tercera, ampliar la atención de casos leves a nivel regional, concentrando los casos en centros estratégicos; y la cuarta medida sería que ante un aumento que sobrepase la capacidad hospitalaria nacional, se tomarán acciones previa valoración de las condiciones epidemiológicas, las necesidades regionales y las posibilidades de la Caja.