El ministro de Medioambiente de Brasil, Joaquim Leite, ha anunciado este lunes la meta climática "más ambiciosa" del Gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, reducir en un 50 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y la neutralidad del carbono para 2050.

Así lo ha dado a conocer el ministro Leite durante su intervención en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), quien confía pasar del 43 por ciento fijado en un primer momento al 50 por ciento en lo que respecta a la emisión de gases de efecto invernadero.

No obstante, dicha promesa no ha venido acompañada de cómo las autoridades brasileñas pretenden llegar hasta ella, si bien sigue la misma base de cálculo que en la última actualización de diciembre de 2020, con la que seguiría emitiendo más gases de los que prometió en el Acuerdo de París, o bien una más actualizada, que en el mejor de los casos alcanzaría aquel propósito de 2015.

"El Brasil de Bolsonaro desperdició otra oportunidad de demostrarle al mundo su ambición climática. Ni siquiera hemos vuelto al nivel propuesto en 2016 y estamos lejos de la meta que la sociedad brasileña propuso recientemente, que es de una reducción de entre el 63 y el 80 por ciento en 2030", ha lamentado la presidente del instituto Talanoa, Natalie Unterstell, cuenta el diario 'O Globo'.

"El anuncio, en el mejor de los casos, está corrigiendo una ilegalidad. El Gobierno no tiene una estrategia para combatir la deforestación y no ha cambiado sus acciones en la práctica", ha señalado, por su parte, experta en políticas públicas de la ONG Observatorio del Clima, Suely Araujo.

Este supuesto maquillaje que estaría aplicando Bolsonaro en materia medioambiental ha venido acompañado de un anuncio que no es nuevo, el intentar alcanzar la neutralidad del carbono para 2050, algo a lo que ya se comprometió el pasado mes de abril en la cumbre del clima organizada por la Casa Blanca.

Entre las promesas del Estado brasileño lanzadas en esta cumbre del clima también están la reducción en hasta un 15 por ciento de la deforestación antes de 2023 y acabar con la tala ilegal de los territorios protegidos en 2028, así como lograr que para 2030, el país funcione con al menos un 45 por ciento de energías renovables.