Desde que el presidente Jair Bolsonaro me honró con la misión de liderar la Cancillería brasileña, he trabajado en tres prioridades centrales: la respuesta a la pandemia, la recuperación económica y el desarrollo sostenible, incluida la lucha contra el cambio climático. Estamos comprometidos para que en la Conferencia de Glasgow, la COP26 alcance entendimientos que permitan el pleno cumplimiento de los objetivos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París.

Brasil ha sido un actor ineludible en el debate sobre cuestiones ambientales al menos desde 1992, cuando celebramos la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, la Rio 92. Hemos contribuido, en una posición de liderazgo, a la formulación de normas internacionales, particularmente en los desafíos relacionados con el cambio climático.

Brasil llega a Glasgow comprometido con el éxito de las negociaciones de la COP 26. En virtud del Acuerdo de París, tenemos un objetivo ambicioso e inédito para países en desarrollo: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% para el 2025 y en un 43% para el 2030 (en comparación con el año base 2005). A la luz de nuestras responsabilidades comunes pero diferenciadas, estamos entre los países más comprometidos en abordar el problema climático.

Nuestra contribución nacional es aplicable a la economía en su conjunto, sin exclusión de ningún sector; se refiere a emisiones absolutas, no a factores relativos, como muchos otros países; incluye un objetivo intermedio para el 2025; y supera, en ambición, los compromisos de la mayoría de los países desarrollados, aunque nuestra responsabilidad histórica sea menor.

Lo que está en juego en la COP 26 es la necesidad de que los países acuerden soluciones en tres cuestiones: aumentar los canales de financiamiento para el mundo en desarrollo; priorizar las acciones de adaptación a los efectos nocivos del cambio climático; y crear oportunidades para la participación del gobierno y de la iniciativa privada a través de instrumentos de mercado. Sólo alcanzaremos un resultado satisfactorio si nos ocupamos de estas tres cuestiones.

Nuestro principal esfuerzo es asegurar, en la COP 26, que los flujos financieros necesarios para combatir el cambio climático sean accesibles, predecibles y adecuados a las necesidades de los países más vulnerables.

No podemos aceptar que los países desarrollados no cumplan con el objetivo al que se han comprometido: movilizar 100.000 millones de dólares anuales para contener los efectos del cambio climático. Necesitamos conseguir en Glasgow un nuevo objetivo de financiación posterior al 2025.

En cuanto a la reducción de los efectos del aumento de la temperatura, necesitamos equilibrar las medidas de adaptación, la reducción de la vulnerabilidad y el control del riesgo climático. Uno de nuestros objetivos en la COP-26 es decidir sobre recursos adicionales para medidas de adaptación, especialmente en los países en desarrollo.

Con respecto a los instrumentos de mercado, Brasil ha actuado con determinación y flexibilidad en la construcción de consenso.  Continuaremos trabajando para que las decisiones en Glasgow contribuyan al aumento de la ambición global en términos de reducción de emisiones y adaptación de las economías. Abogamos por normas claras y creíbles para todos los países que participan en estos mercados. Para el Mecanismo de Desarrollo Sostenible – un instrumento financiero para que el sector privado invierta en proyectos de reducción de emisiones – favorecemos una estructura de gobernanza transparente que garantice la integridad de las transacciones.

Brasil, repito, trabajará  para lograr el éxito de la COP 26.

Estamos decididos a mantener el compromiso de la diplomacia brasileña en las negociaciones climáticas, teniendo siempre presente el bienestar de nuestro pueblo. Esperamos traer de la conferencia resultados prácticos para los más diversos segmentos de la sociedad brasileña, desde las comunidades tradicionales hasta los trabajadores urbanos, desde los agricultores familiares hasta los empresarios industriales, desde la generación actual hasta las generaciones futuras. Es ese sentido de responsabilidad el que guiará el desempeño de Brasil en la COP 26.

Texto cortesía de la embajada de Brasil en Costa Rica

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