Por Edilene Álvarez Henríquez – Estudiante de la carrera de Odontología
"Cuando las cosas parecen oscuras,
los voluntarios pueden esparcir luz" —Susan J. Ellis
La crisis provocada por el coronavirus limitó el trabajo llevado a cabo por voluntarios de diferentes partes del mundo. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, la actitud de solidaridad nunca se olvidó. La capacidad de las redes sociales de llegar a millones de personas ha logrado el objetivo de ayudar a la población que presenta mayor vulnerabilidad en estos tiempos (Louza Naccache, 2020). Por ello, es importante reconocer que ninguna crisis es motivo para olvidar el papel que tienen los voluntariados y que las soluciones siempre han estado al alcance de todos, los límites los marca uno.
La pandemia llegó para cambiar la manera de trabajar del voluntariado. Diversas organizaciones alrededor del mundo tuvieron que replantear sus planes, incluso decidieron repatriar a sus miembros. Esta decisión puso en juego el papel que tienen en cuanto al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, debido a que los integrantes que forman parte de sus instituciones poseen atributos únicos que los convierte en piezas claves para la reconstrucción económica y social de su comunidad. De modo que, la nueva normalidad se convirtió en un tiempo de adaptación para pensar en nuevos modelos de participación dentro de la sociedad (RACI, 2021). Esto significó un gran cambio en la historia del voluntariado y un reto más por enfrentar, porque ya no era ver solo por quienes se encontraban en ambientes vulnerables, sino que implicaba sumarse a la lucha que estaba afectando a todos por igual.
Otro de los retos al que se le debe hacer frente producto de la COVID-19 es no tener la posibilidad de trabajar de cerca con otras personas. Se sabe que el actuar del voluntariado es interactivo; no obstante, con la llegada de la pandemia, la estrategia cambió para evitar la expansión de la enfermedad. En consecuencia, esto resultó ser un desafío para todos, puesto que era fundamental cambiar la forma de organizarse y el compromiso era aún mayor (Extensión Universitaria, 2020). Sin embargo, a pesar de los obstáculos interpuestos por el virus, el amor y las ganas de ayudar al prójimo nunca se perdieron, y fue entonces cuando el plan virtual apareció para seguir contribuyendo a la sociedad.
Ahora bien, la modalidad virtual permitió atraer un nuevo público que aportara sus conocimientos y habilidades para realizar voluntariados. Este tipo de metodología creó flexibilidad para aquellas personas que desde hace tiempo deseaban involucrarse en estos proyectos, pero que por razones adversas como el tiempo o el transporte, no podían. Además, han surgido proyectos, campañas y talleres de enseñanza dentro de las redes sociales, algo que ha aportado entretenimiento durante el confinamiento. Por ejemplo, para quienes han vivido la crisis solos, es una gran ayuda para prevenir que desarrollen un problema de salud mental, que de hecho se ha intensificado en todo el mundo, sobre todo en jóvenes y adultos mayores que no residen con familiares o allegados (USO, 2020). Dicho esto, la virtualidad no es tan mala como se pensaba, pues hoy ha sido una mano amiga para todos.
Es crucial mantenerse positivos y abiertos a todas las posibilidades para continuar cooperando, y tener en mente que ninguna enfermedad, pandemia, crisis económica o social, debe acabar con el progreso de toda una sociedad que ha venido trabajando durante años para conseguir una sociedad integral. Por esto, la solución más factible es dar lugar a los voluntariados virtuales, para que más personas se unan, y de esta manera evitar la transmisión de la enfermedad. Como resultado, se podrá seguir aportando y contribuyendo al bienestar de las presentes y futuras generaciones. Si bien es cierto que estas actividades comúnmente se realizan de forma presencial, la idea es ayudar a toda costa y seguir cumpliendo la labor de crear un mundo diferente, donde se fortalezcan los lazos entre individuos, con el fin de vivir en un entorno saludable, sostenible e inclusivo para todos.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Louza Naccache, S. M. (2020, 4 de mayo). El compromiso del voluntariado en tiempos de COVID-19. El Blog. https://www.good-deeds-day.org/es/blog/el-compromiso-del-voluntario-en-tiempos-de-covid-19/
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Mensajeros de la Paz Murcia. (2021). Voluntariado. https://mensajerosdelapazmurcia.es/voluntariado/
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RACI. (2021). Repensar el voluntariado en tiempos de coronavirus. https://raci.org.ar/repensar-el-voluntariado-en-tiempos-de-coronavirus/
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USO. (2020). Voluntariado: la cara más solidaria de la pandemia, pero sin abusos. https://www.uso.es/voluntariado-la-cara-mas-solidaria-de-la-pandemia-pero-sin-abusos/