Si algo tienen claro los costarricenses es que ya no quieren pagar más impuestos, no importa el destino o la causa. Y esto es también así para una mayoría que rechaza el proyecto de ley 21.658, aprobado este lunes en segundo debate en la Asamblea Legislativa, y que establece impuestos nuevos y confiscatorios a los dispositivos alternativos a los cigarrillos convencionales.

Esa opinión quedó reflejada en los resultados del Estudio de percepción  de iniciativas acerca del fumado en Costa Rica, que realizamos en CID Gallup junto a Consumidores de Costa Rica, en el que entrevistamos a un total de 420 personas, de dos poblaciones definidas de la siguiente manera: 50% eran fumadoras activos y habituales (3 o más cigarrillos al día) y 50% no fumadoras. Las entrevistas se llevaron a cabo entre el 9 y el 25 de agosto de 2021, además, la investigación tiene un margen de error del ±6.8, para cada población de estudio.

Es una lástima que los legisladores no hayan tomado en cuenta la opinión de los costarricenses, ya que los encuestados no solo se oponen a la creación de este nuevo impuesto, sino que exigen el buen uso de los recursos que ya se captan mediante la ley antitabaco. Cuatro de cada diez fumadores creen que esos tributos no son destinados al objetivo para el cual fueron instaurados y que, por el contrario, se dedican a la burocracia estatal.

Quizás hubiera sido interesante que los diputados indagaran en las razones por las cuales más de la mitad de los entrevistados afirma que los impuestos son un mecanismo ineficaz para disminuir el fumado o dejar de fumar. Mientras que es casi una opinión generalizada, entre quienes participaron en este estudio, que los fumadores deben buscar alternativas libres de humo, en caso de que decidan no dejar de fumar.

Casi el 80% de las personas fumadoras entrevistadas quiere dejar de fumar y el 70% está dispuesto a utilizar mecanismos alternativos para hacerlo. Cerca de dos terceras partes consideran que la promoción de estas alternativas es positiva y que el gobierno debe permitir la adopción de nuevas tecnologías que reduzcan la afectación del cigarrillo en terceros.

Por otra parte, las medidas para evitar el fumado que hasta la fecha han sido promovidas, son consideradas como ineficaces. Tres de cada cinco encuestados, ya sean fumadores o no, consideran que las estrategias implementadas por el gobierno para reducir el consumo de tabaco en el país no han sido efectivas.

A la vez, tanto fumadores como no fumadores opinan que las advertencias en las cajetillas de cigarrillos no impactan en la decisión individual de fumado.

Incluso, quienes son fumadores piensan que la educación e información son las medidas más provechosas para la reducción del fumado y que es más eficaz el estudio y promoción de nuevas opciones que reduzcan el daño del cigarrillo, que establecer multas para aquellos que fuman en espacios no autorizados para hacerlo.

Ya es hora de que nuestros legisladores tomen en cuenta, a la hora de establecer políticas públicas, el interés de los ciudadanos fumadores por conocer nuevas alternativas que sean menos riesgosas que el cigarrillo tradicional y la ciencia que las respalda.

Deberían estar atentos al clamor de las personas que ya no quieren más impuestos porque no ven la efectividad de las medidas que hasta el día de hoy sean puesto en marcha y que consideran que los recursos que se han estado pagando no se utilizan para el fin que fueron creados.

En lugar de impulsar medidas impositivas fiscales que, según la experiencia, tienden a incrementar el comercio, ilícito y que, además, impedirían que más personas accedan a esos mecanismos, nuestros diputados deberían procurar la educación y la información del consumidor en todos sus alcances.

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