La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) solicitó este lunes al Gobierno que "como una forma útil de ayudar al turismo y defender la próxima temporada alta", posponga la medida de exigir el certificado de vacunación contra COVID-19 a ciudadanos costarricenses y turistas extranjeros "para poder asistir a actividades o acceder a establecimientos, incluyendo alojamientos y restaurantes".

La medida, cuya vigencia entrará el próximo 1 de diciembre, coincide según Canatur con el momento de más llegadas internacionales de turistas al país, y los períodos de vacaciones de los costarricenses, "siendo esta época el momento más determinante del año, ya que se comienzan a percibir muestras de recuperación tras meses de soportar una de las crisis económicas que ha tenido al borde de la quiebra a muchísimas empresas y ha acabado con el empleo de cerca de 100 mil trabajadores".

Se puede decir que es el momento más esperado del año, la preocupación que existe es que, con sólo el anuncio de la medida, ya se está provocando una ola de cancelaciones en reservaciones y se ha percibido como un desincentivo a turistas con intención de venir al país a pasar sus vacaciones. Recordemos que el turismo internacional opera con reservas anticipadas. Queremos hacerle ver al Gobierno que la disposición va en contra de la economía del empleo, miles de familias y el futuro del destino turístico
—Presidente de Canatur, Rubén Acón.

Canatur pidió que el Gobierno posponga la medida hasta que "asegure un mayor avance en la vacunación" y hasta que la misma "no represente una amenaza" a las actividades del sector turismo.

“Se debe proteger la temporada alta, esta representa una excelente oportunidad para recuperar empleos y que miles de personas y sus familias tengan la oportunidad de generar sus ingresos. El peso que tiene la actividad en las zonas costeras y comunidades alejadas es sumamente relevante respecto a los empleos directos y es aún mayor si se tiene en cuenta el impacto indirecto”, dijo Acón.

Según el presidente de Canatur, la medida de exigir el certificado de vacunación les obligaría a tener una persona dedicada todo el día sólo a leer códigos QR para ingresar.

No toma en cuenta la realidad de los locales pequeños o familiares de nuestro país donde muchas veces sólo hay una persona en el mostrador y no tienen recursos para contratar alguien más o cómo harían los locales gastronómicos de playa si la mayoría no tienen una sola entrada, sino que son abiertos; con esta medida tendrán que acordonar los locales”.