Considerado uno de los pioneros en acoger a los nuevos dispositivos como alternativa frente al tabaco, Nueva Zelanda apostó a favor del cigarrillo electrónico con su inclusión en un marco normativo que regula su uso y consumo.
Según la nueva ley aprobada, el objetivo es “apoyar a los fumadores adultos para que cambien a productos regulados” de riesgo reducido y que son “significativamente menos dañinos que fumar”, evitando la iniciación de los no fumadores.
En Nueva Zelanda son aproximadamente medio millón de personas las que fuman, de una población total de 4,9 millones; siendo los cigarrillos la causa de una de cada cuatro muertes por cáncer.
En ese sentido, la meta de esta nación es alcanzar un país libre de humo para el 2025, que se refleja en que solo el 5% o menos de la población adulta fumen y busca alternativas como un nuevo marco regulatorio diferenciado para los vapeadores, cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado.
La regulación pretende apoyar a los fumadores adultos que no quieran dejar de fumar para que se cambien a alternativas de riesgo reducido, al tiempo que evita la iniciación de los no fumadores.
La anterior Ley de Ambientes Libres de Humo de 1990 fue revisada para articular una estrategia dual que ha permitido, por un lado, abordar la puesta a disposición de cigarrillos electrónicos entre aquellas personas que quieran dejar de fumar. Además, prohibir su venta dirigida a los no fumadores, especialmente a los jóvenes.
La nueva ley seguirá prohibiendo la publicidad comercial; sin embargo, el país está invirtiendo significativamente en campañas de salud pública para proporcionar información precisa sobre las alternativas.
La intención de la legislación es alejar a los fumadores de los productos combustibles (cigarrillos), además permite que en las tiendas minoristas o en el comercio en línea se incluyan avisos con frases como:
“Sustituir completamente su cigarrillo por un vapeador reducirá los daños a su salud” o “Si fuma, cambiar por completo su cigarrillo por el vapeo es una opción mucho menos dañina”.
El Departamento de Salud Pública de la Universidad de Otago, en Wellington, aseguró en una investigación publicada a principios de año que, entre 2016 y 2018, el uso de los cigarrillos electrónicos había aumentado entre las personas que dejaron de fumar. Concretamente, un 78% de los usuarios emplearon el cigarrillo electrónico para cesar en su adicción al tabaco.
El Ministerio de Salud neozelandés, junto a la Agencia para la Promoción de la Salud (HPA), pusieron en marcha Vaping Facts, un portal que detalla con ciencia cómo el cigarrillo electrónico contribuye a la reducción del daño por tabaquismo.
Aspectos específicos neozelandés
— En un esfuerzo por prevenir la iniciación de los jóvenes y, al mismo tiempo, proporcionar a los fumadores adultos el acceso a sabores que pueden fomentar el cambio, Nueva Zelanda ha introducido un modelo de venta al por menor de dos niveles que limita el acceso a los sabores más allá del tabaco, la menta y el mentol a los canales de venta al por menor especializados, con licencia y restringidos por edad.
— Nueva Zelanda es el primer país que suprime las advertencias sanitarias gráficas y el empaquetado estandarizado de los productos de tabaco calentado (HTP). Además, ahora diferencia el contenido de las advertencias de texto para los HTP en comparación con los cigarrillos.
— El modelo de venta al por menor de Nueva Zelanda pretende limitar el acceso de los jóvenes sin discriminar las ventas en línea. Tanto los productos de vapeo como los de tabaco calentado pueden pedirse por Internet, y la ley exige que los minoristas sólo vendan y suministren estos productos a clientes mayores de 18 años.
— Nueva Zelanda ha rechazado clara y explícitamente la postura de la OMS de que los dispositivos deben considerarse un producto de tabaco y regularse igual que los cigarrillos. La ley establece que “un producto de vapeo que contiene tabaco no es un producto de tabaco».
Proyecto en Costa Rica
En Costa Rica varios diputados de la Asamblea Legislativa, impulsan el proyecto de ley 22.497, que introduce el empaquetado neutro para productos de tabaco, por lo que si se aprobara los productores y comerciantes deberán estandarizar el tamaño, forma, color y textura de las presentaciones o empaques.
Así se eliminaría del empaque cualquier promoción, estrategia de mercado y publicidad, pero se mantendrían los mensajes sanitarios, imágenes preventivas, sellos fiscales y otras características requeridas por el gobierno.