Por Daniel Rojas Fallas – Estudiante de la Maestría en Gerencia de Proyectos
¿Sabe de dónde provienen los combustibles que usamos en el país? ¿Sabe cuántos millones de dólares gastamos en comprar estos productos? ¿Podríamos acaso producirlos en Costa Rica y sacar un beneficio financiero al hacerlo?La Refinadora Costarricense de Petróleo-RECOPE se fundó en el año 1963, llamada a ser la punta de lanza del desarrollo del país. Aquellos visionarios de la época consideraron crucial que el país contara con su propia refinería para ahorrar recursos financieros, proveer seguridad energética y brindar una ventaja competitiva estratégica para el país. En su momento, RECOPE también se involucró en la búsqueda de reservas de petróleo en nuestro país y, preliminarmente, lograron concluir que sí existe petróleo y gas natural en Costa Rica. Lamentablemente, ante la obsolescencia natural de los equipos de la refinería, el Gobierno no implementó ningún plan para la renovación o la construcción de una nueva planta. Es por estos antecedentes que actualmente la Refinadora “no refina” y se ha dedicado a ser una compradora y distribuidora de combustibles extranjeros.
Entonces, ¿qué ventajas habría para el país si RECOPE contara con una refinería moderna? Es más, si tenemos petróleo y gas natural en Costa Rica, ¿podríamos procesarlo en nuestra refinería? ¿Sería esto provechoso para nuestro país en el aspecto laboral, social y económico? Actualmente, nuestros combustibles terminados provienen de Estados Unidos, pero no son fabricados con petróleo estadounidense, sino que el crudo es extraído y embarcado en Colombia o Venezuela y es transportado hacia las refinerías de Texas en donde se refina. Luego de la refinación, los productos terminados se reembarcan y se envían a Costa Rica. Todo esto podríamos evitarlo al producirlo en nuestro país y de ese modo ahorrar divisas y generando empleo para nuestra gente.
En el aspecto financiero, algunos expertos han señalado que las reservas de petróleo que se estima que hay en nuestro país equivalen aproximadamente a 270 mil millones de dólares. ¿Se imaginan el nivel de desarrollo que podría alcanzar Costa Rica de la mano de la explotación responsable y sostenible de los recursos naturales del país? La ampliación de carreteras, la mejora de la educación pública, la construcción de más hospitales, la construcción del canal seco, la construcción de más puertos y aeropuertos; todos estos y más proyectos podrían desarrollarse en el país si lográsemos eliminar la necesidad de abastecernos con combustibles fósiles mediante las importaciones, y los recursos necesarios para llevar a cabo esto están literalmente debajo de nuestros pies.
Algunos detractores de esta idea mencionan que el petróleo es una “energía del pasado”; sin embargo, los expertos a nivel internacional señalan que el petróleo seguirá siendo la fuente primordial de combustibles durante los próximos 50 o 100 años, por lo que deberíamos aprovechar este tiempo para sacarle la mayor ventaja posible y transformar nuestro país en una nación desarrollada, sin deuda externa, con seguridad energética y con los recursos financieros suficientes para inversiones importantes. También otros dicen que los combustibles fósiles son los responsables del calentamiento global porque emiten dióxido de carbono y se deberían dejar de usar, pero grandes compañías químicas a nivel mundial están trabajando en tecnologías para capturar el CO2 de la atmósfera y así revertir el efecto invernadero.
El tesoro está enterrado en el patio de nuestra casa, ¿lo vamos a utilizar responsablemente o preferimos seguir siendo pobres y morirnos de hambre ahogados en deudas? No podemos seguir dependiendo únicamente del turismo, del café, del banano o de los dispositivos médicos. Necesitamos diversificarnos y aprovechar los recursos minerales y naturales que tenemos en nuestro país para salir adelante y tener un mejor futuro. La producción de los combustibles en nuestra propia refinería, utilizando nuestro propio petróleo sin duda es una llave hacia el progreso, la mejora de nuestra competitividad y la prosperidad de nuestra nación. En este momento de nuestra historia, no podemos darnos el lujo de decidir que no vamos a aprovechar esta oportunidad.
