Si empiezo mis líneas diciendo que la aviación debe concebirse como una prioridad país y que ella puede ser el motor del desarrollo social y económico de Costa Rica, quizás unos sugieran demencia mía, otros dirán que algún interés de por medio habrá, y los menos serán los que pondrán atención a mi propuesta. A los dos primeros grupos: gracias por leerme hasta acá, pueden continuar navegando por la página y espero que tengan un bonito día.

A quienes siguen mis líneas, les cuento que, según el Foro Económico Mundial, la aviación tiene un papel desencadenador en el resto de las áreas del quehacer humano: Internet de las Cosas, riesgos globales, migración, geopolítica, educación, agricultura, economía, océanos, Antártica, salud, urbanismo, impuestos, petróleo, equidad de género, COVID-19; ¿sigo?...

Los efectos macroeconómicos de priorizar a la aviación son en definitiva los pertinentes para la construcción de la Costa Rica que queremos, pero sobre todo necesitamos; y es que para ello es necesario distinguir entre reactivación y recuperación de la economía a través de una nueva política aérea nacional.

 #SpoilerAlert: viene un campo político no pagado

Si hay algo que detesto, son las posiciones discursivas de los políticos que nos prometen cosas, pero no nos dicen cómo las van a hacer (quizás porque ni ellos mismos saben o porque realmente no pretenden cumplirlas). En un ejercicio cívico y con profundo amor por mi país y la aviación les aligero el trabajo:

República Dominicana durante los últimos 15 años, se ha convertido en uno de los países más seguros, confiables y atractivos para volar, debido a una serie de reformas en el sector de la aviación que se tradujeron en que los ingresos per cápita de la isla crecieran en más de $600 entre el año 2006 y 2012; en un aumento del 15,5% del PIB según una estimación conservadora de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) quien se pavonea con este caso de éxito ante los escenarios y personas más influyentes de la industria.

Existe una causalidad real entre las reformas y el aumento de pasajeros hacia la isla. La cifra de visitantes desde Estados Unidos creció en 25% aportando $30 Millones anuales adicionales a las cifras logradas antes de la estrategia, gracias a una propuesta basada en intermodalidad, facilitación, uso óptimo de sistemas aeroportuarios, aeronaves, servicios de navegación aérea, apertura y liberalización del mercado así como la implementación de las recomendaciones y normas internacionales.

No me vengan a negar entonces la facticidad de estos números y la incidencia macroeconómica que en efecto tiene la aviación y la oportunidad delante de nuestras narices para hacer a Costa Rica más eficiente en cuanto al aprovechamiento de sus recursos se refiere; después de todo como dicen por ahí: “el turismo es nuestra gallinita de los huevos de oro”.

La desregularización aumenta la rentabilidad, mayor rentabilidad se traduce en más competencia. Mayor competencia significa menores costos de entrada para los inversores y todo ello finalmente resulta en mayor cantidad de pasajeros, más empleos y más dinero.

La apuesta del gobierno Dominicano condujo a un 90% de implementación efectiva de la isla frente a los estándares de cumplimiento (normas y métodos recomendados) de la OACI y en el mundo solo 15 países superan ese porcentaje. Adivinaron, Costa Rica no está en ese selecto grupo y si no asumimos el reto aquí propuesto (de priorizar a la industria aeronáutica por el bien de todos) viviremos de las migajas de los turistas que todavía piensen en venir luego de la férrea competencia que ya ofrecen nuestros vecinos.

Repensar nuestra estrategia aérea nos llevará necesariamente a establecer nuevos lazos comerciales y estratégicos, a ese respecto Airbus identificó que el tráfico de pasajeros y carga de la región Centroamericana para el periodo comprendido entre 2018 y 2028, crecerá casi al doble del promedio mundial proyectado, pero con nuevos socios como el Medio Este, Sudamérica o Asia desarrollada. No seamos ciegos y volvamos nuestra mirada al futuro; solo allá encontraremos la Costa Rica donde todos queremos vivir y la verdad es que el tiempo, como las oportunidades “se van volando”.

Merecemos una aviación eficiente, de esa con efectos macroeconómicos tan grandes como duraderos; Costa Rica merece más turismo y el turismo merece más Costa Rica.

Pongámosle atención a quienes pretendan llegar a Zapote en mayo próximo, necesariamente alguno tendrá que armarse de valor y abrazar la aviación dentro de su propuesta de gobierno. Esa persona no solo tendrá mi voto sino el de todos los que dependemos del turismo, la industria aeronáutica, pero sobre todo, tendrá la confianza de los que queremos una Costa Rica próspera para poder seguir cantando a los foráneos aquella canción de Carlos Guzmán que finaliza diciendo " soy Tico y si eso no te dice nada yo te mostraré mi patria, dame la oportunidad"

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