La Universidad Fidélitas, en el Mes de las Madres, destacó a tres de sus estudiantes por seguir con sus carreras luego de que la maternidad llegara a sus vidas a edades tempranas
Catherine Vargas, Lindsay Corea Aguilar y Alejandra Pérez son estudiantes activas de la entidad académica y pasan sus días entre sus trabajos, sus hijos y sus clases universitarias con el fin de mejorar su vida y el de sus familias.
Según expresó Emilia Gazel, rectora de la Universidad Fidélitas:
Para nadie es un secreto la dificultad y el desgaste físico y mental que implica la maternidad y esto se intensifica aún más cuando simultáneamente están llevando una carrera universitaria, atienden un hogar y, además, trabajan también fuera de casa. Esos son las verdaderas heroínas que dinamizan un país y que merecen todos los tributos y aplausos de pie”.
Caterine Vargas se describe a sí misma como una feliz y orgullosa madre soltera. Su primogénita, Shermeynne, tiene 16 años y le siguen Paola, de 13, y Diego, de 11 años.
Según explica Caterine, por decisiones en su vida se tuvo que ir de la casa de sus padres desde muy joven cuando solo contaba con el título de primaria aprobado y con la idea de que el estudio no era para ella: “sufría de violencia en casa y me hicieron creer durante años que no servía para nada”.
Tomé la decisión de tratar de concluir mis estudios de secundaria de la forma que fuera posible y empecé matriculando de dos a tres materias, debido a mis pesadas jornadas laborales”.
Así, y con apenas noveno año aprobado, Catherine matriculó el bloque completo de bachillerato por madurez y lo sacó trabajando día y noche, estudiando a cómo podía, haciendo grabaciones de la materia con su voz para poder escucharla disimuladamente mientras estaba de pie en una aguja de vigilancia y así es como ahora lleva un poco más de un año estudiando la carrera de Administración de Empresas, al tiempo que trabaja en el departamento de Seguridad Integral en el Tribunal Supremo de Elecciones.
Por su parte, Lindsay Corea Aguilar, es una esposa, madre y estudiante que se esfuerza en transformar paradigmas a fin de que sus hijas aprendan que nunca es tarde para alcanzar sus metas.
Con 32 años es una estudiante de Ingeniería Industrial en Fidélitas que descubrió que, a pesar de que siempre pensó que era mala para los cálculos, su segundo año universitario le permitió ver que los cálculos eran en realidad sencillos.
Lindsay considera que a su edad y con su matrimonio ha logrado más que cuando estaba soltera y sin hijas: “ Estoy convencida que todos mis logros los he alcanzado no solo por mí, sino por mis hijas”.
Descubrí que el tiempo es solo una excusa porque al final el mantenerme activa con muchas actividades me ha llevado a estructurarme y administrar cada minuto para organizar las responsabilidades asumidas: soy esposa, madre, maestra debido a la pandemia, trabajo de lunes a viernes, llevo cuatro materias en la universidad, estudio inglés, y aun así, tengo tiempo para mí, hago ejercicio con la convicción de: 'madre sana, hijas sanas'”.
Finalmente la Universidad resaltó el papel de Alejandra Pérez Jarquín, una madre, ama de casa y estudiante de la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones que sostiene que se puede ser madre, trabajar y estudiar al mismo tiempo cuando se quiere.
Tomé la decisión de trabajar y estudiar al mismo tiempo porque busco un mejor futuro para mí y para mi hijo de cinco años”.
Esta madre acepta que combinar la educación propia con la de su hijo y dedicarle tiempo de calidad se vuelve un reto, pero dice sentirse satisfecha y orgullosa con lo que ha logrado:
Por más difícil que sea el camino, quiero seguir adelante para buscar mi crecimiento y convertirme en una excelente ingeniera de telecomunicaciones”.