¿Los impuestos desarrollan al país? ¿Favorecen a los más pobres? son preguntas que debemos entender con el fin de tener claridad sobre la importancia de los impuestos y cómo la forma en que son utilizados puede crear o destruir riqueza en el país, afectar positiva o negativamente al empresario y a las clases menos favorecidas.

Los impuestos provienen de las ganancias que obtiene el sector privado gracias a la preferencia que han obtenido los consumidores por sus bienes y servicios, para lo cual influye la habilidad del empresario y su equipo en la gestión del negocio, y las facilidades que se le presentaron en el camino para aprovechar las oportunidades.

El futuro se ve favorecido cuando los gobiernos usan sus impuestos en generar facilidades para crear riqueza. Un gobierno que se hunde en gastos que no están relacionados con incentivar la producción de bienes y servicios, es un gobierno que destruye el valor del país cada día.

Todo impuesto debería estar relacionado con la creación de riqueza en algún sentido, el monto que se quita debe devolverse en facilidades para generar más ingresos y así hacer que crezca la base misma de esos impuestos, generando un círculo virtuoso sin fin.

Pero cuando los impuestos son altos y no están relacionados con generar facilidades para que el sector privado obtenga beneficios, las empresas se vuelven menos competitivas y sus productos más caros de producir, por lo que esos impuestos terminan generando precios más altos que afectan al más pobre.

Y no solo afectan al más pobre en temas de precios, sino que además hacen que los empresarios sacrifiquen futuras inversiones, busquen otros países para invertir o pospongan sus inversiones, lo que al final equivale a empresas que no se crean, o que no crecen, o que reducen sus operaciones generando despidos y desempleo. Ese desempleo, son ingresos que no se obtienen, salarios que no se ganan, bienes y servicios que no se compran, dando como resultado una fórmula anti-empresa, anti-empleo, anti-progreso que finalmente perjudica con mayor impacto a las clases menos favorecidas.

Arrebatarle dinero a un empresario de sus utilidades o a un empleado de su salario por medio de impuestos para generar fórmulas anti-empresa, anti-empleo y anti-progreso, así nada más, sin crear valor, aunque sea legal y aunque venga de nuestros errores de elección popular es algo que debemos detener.

Necesitamos gobiernos que comprendan la relación entre los impuestos y el desarrollo del país, un gobierno pro empresa, pro empleo, a favor del progreso y por ende a favor de los más pobres, de esa clase social más afectada que no quiere rebajarse a ser mantenida ni desea que se les regale el pescado, sino que lo que quieren es tener las facilidades para ser buenos pescadores y depender de ellos mismos.

Los impuestos bien usados desarrollan el país, generan riqueza y favorecen a todas las clases sociales; los impuestos mal usados destruyen el valor del país y generan pobres dependientes.

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